El cineasta y dibujante Manuel Summers será enterrado hoy en Sevilla
El director de 'Del rosa al amarillo' falleció el sábado a consecuencia de un cáncer
El cineasta y dibujante Manuel Summers falleció el pasado sábado por la noche a consecuencia del cáncer de colon que padecía desde hacía dos años. Nacido en Sevilla hace 58 años, será enterrado hoy en el panteón familiar del cementerio de San Fernando de Sevilla. Autor de una veintena de películas, como Del rosa al amarillo y Adiós, cigüeña adiós, y un celebrado dibujante -trabajó en La Codorniz y Hermano Lobo , permanecía ingresado desde el jueves en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Hijo del pintor Francisco Summers y, sobrino del dibujante Serni, Manuel Summers nace en Sevilla en 1935 en el seno de una familia de origen inglés. Comienza a estudiar Derecho, hace algunos cursos en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, y mientras trabaja como técnico en Televisión Española, publica chistes en el diario Pueblo.Su actividad como humorista gráfico es la más destacada de su personalidad, la que le lleva a colaborar en múltiples publicaciones, a dirigir el famoso semanario de humor La Codorniz en su última etapa y continúa realizando hasta el final de su vida en el diario Abc. Y también la base de las 20 películas que dirige, la mayoría sobre guiones propios, en sus casi 30 años de actividad profesional.
Diplomado en dirección en el hace tiempo desaparecido Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, ya en su práctica de fin de carrera, El viejecito (1959), se encuentra su peculiar sentido del humor, siempre teñido de negro.
Para adolescentes
El éxito de Del rosa al amarillo (1963), una modesta producción que narra una historia que se desarrolla entre adolescentes y otra entre ancianos, lleva a Summers a La niña de luto (1964) y El juego de la oca (1965), obras personales, pero que aparecen lastradas por el exceso de chistes que jalonan su narración. La mejor de sus películas es Juguetes rotos (1966), sobre la vejez de algunos olvidados ídolos populares, un documental crítico que cierra la primera parte de su obra, dado que su fracaso le lleva a un cine más popular.Tanto No somos de piedra (1968) como ¿Por qué te engaña tu marido? (1969), protagonizadas por Alfredo Landa, son típicas comedias a la española, tradicionales de finales de los 60, que tienen gran éxito de público, pero son mucho menos personales. El interés por los adolescentes lleva a Summers a rodar Adiós, cigüeña, adiós (1971), sobre la aventura que supone para una quinceañera quedarse embarazada, cuyo éxito hace que el mismo equipo ruede la continuación El niño es nuestro (1973). Vuelve a insistir sobre temas similares en Ya soy mujer (1975), Mi primer pecado (1976), que tienen una mayor carga erótica y algunos problemas con la censura, así como en Me hace falta un bigote (1986), que cierra el ciclo al ser un gran fracaso, pero se sitúa entre sus mejores obras.
Tras protagonizar algunas películas ajenas, sus restantes producciones carecen de cualquier interés. Urtain..., el rey de la selva o así (1970), To er mundo e... y La Biblia en pasta (1984) tienen gran éxito, pero su humor alcanza niveles mínimos.
Su última película personal es Ángeles gordos (1980), una coproducción con Estados Unidos, rodada en Nueva York, que narra los amores entre dos jóvenes muy obesos. Manuel Summers cierra su filmografía con Sufre mamón (1987) y Suéltate el pelo (1988), dos intentos de cine musical protagonizados por el grupo Hombres G, cuya alma es su hijo, David Summers, que enlazan con sus producciones sobre los adolescentes, pero que curiosamente tienen una fuerte carga misógina.
Babelia
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