El Ministerio de Economía bloquea la compra de la colección Thyssen-Bornemisza

El Ministerio de Economía y Hacienda vetó ayer el acuerdo de compra para que la colección Thyssen, que actualmente alberga el madrileño palacio de Villahermosa, se quede definitivamente en España, según manifestaron fuentes del Ministerio de Cultura. Las condiciones económicas de la adquisición -estimada en unos 30.000 millones de pesetas- y las dudas de Economía sobre la definitiva permanencia de la colección en España han provocado esta paralización, según medios gubernamentales. Otras fuentes del Ejecutivo aseguraron oficialmente, en cambio, que sólo se trata de "cuestiones de matiz". El Consejo de Ministros abordó ayer este asunto -que no figuraba en el orden del día-, pero no le dio vía libre.

La compra de la colección Thyssen amenaza con convertirse en el culebrón, del Gobierno en funciones. Ya a mediados del pasado mes de mayo el acuerdo estaba cerrado (véase EL PAÍS del 18 de mayo) entre los representantes del Ministerio de Cultura y los Thyssen. Se había llegado a señalar la festividad de San Isidro (15 de mayo) como una de las fechas más adecuadas para que el pacto fuera suscrito. Pero San Isidro pasó. Luego todo parecía apuntar a que el pacto se firmaría antes de las elecciones del 6 de junio. Sin embargo, la coyuntura económica, ensombrecida por la devaluación de la peseta y el incremento del número de parados, volvió a frustrar la operación, que hubiera resultado polémica o "poco elegante", según diversas fuentes, en periodo electoral.Una vez celebradas las elecciones, el anuncio del pacto volvía a estar servido. El hecho de que el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, hubiera mostrado su acuerdo con lo negocia. do hizo suponer que las reticencias de Economía y Hacienda desparecerían o menguarían. Pero la realidad se encargó de desmentirlo ayer mismo. "El problema no es la cifra de compra [que se estima en unos 30.000 millones de pesetas], sino las condiciones", aseguraron ayer en medios gubernamentales, que no quisieron especificar más. La oposición de Economía y Hacienda a lo largo de proceso negociador ha hecho incluso sospechar que el acuerdo podría llevar consigo algún tipo de cláusula sobre un trato fiscal preferente para las empresas del grupo Thyssen en caso de que éstas decidieran establecerse en España. Este asunto parece absolutamente descartado.

El culebrón de la compra vivió ayer su último episodio. Tanto fuentes del Ministerio de Cultura como del de Economía sostuvieron que lograr el acuerdo era cuestión de matices e intentaron quitar importancia a esta paralización. Todos coincidieron en afirmar, para justificar el retraso, que la concreción de los últimos detalles es muy complicada, y que cada coma que se toca del pacto debe viajar desde Madrid hasta la calle de la Iglesia de Hamilton (Bermudas), sede caribeña de La Favorita Trustees Limited, compañía dueña de los cuadros.

Fuentes del Ministerio de Economía insistieron en que no se oponen a la compra, que se continúa negociando y que se puede llegar a un acuerdo en breve.

Relaciones duras

El pasado 19 de mayo el ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, manifestó en Barcelona que el pacto era inminente: "Puede ser que el acuerdo se haga público esta semana, o la próxima, o la otra; no se puede decir nada en concreto, aunque es cierto que hay negociaciones y es verdad que van adelante, pero son delicadas y no lo diremos hasta que el acuerdo esté cerrado al cien por cien".No es ningún secreto que en estas negociaciones parece que el Ministerio de Economía y el de Cultura actúan como partes opuestas. Las relaciones entre ambos ministerios no han sido históricamente excelentes. Por ejemplo, el proyecto de ley de mecenazgo -que no ha sido aprobado por la disolución del Parlamento- fue obra de Economía, y Cultura no se sintió partícipe de un proyecto que no otorgaba las ventajas fiscales que esa cartera considera necesarias para que se produzca un crecimiento de la participación privada en la financiación de actividades culturales. Prueba de ello fue que en ausencia del ministro de Economía, Carlos Solchaga, Solé Tura no defendió ante elpleno del Congreso un proyecto de ley que suscribía en solitario Economía.

Los problemas parecen haberse reproducido ahora, tras una negociación que se ha mantenido en el mayor de los sigilos, desde que el pasado 12 de febrero la baronesa, Carmen Cervera, anunció su disposición a ceder la colección. Los expertos coinciden en señalar que los alrededor de 30.000 millones de pesetas suponen una cifra simbólica.

Un estudio realizado por técnicos españoles tasó los 800 cuadros en 300.000 millones de pesetas, mientras que la Fundación Getty los ha valorado en medio billón de pesetas. A los 30.000 millones de pesetas hay que sumar los 4.000 millones que ha costado la restauración del palacio de Villahermosa y los 1.000 millones abonados ya por los dos plazos del alquiler de la colección.