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Clinton afronta una nueva tormenta política al sacrificar a una jurista radical

El presidente estadounidense, Bill Clinton, decidió ayer sacrificar a su designada como responsable del departamento de Derechos Civiles del Ministerio de Justicia, Lani Guinier, y ceder a las presiones de los senadores conservadores que habían descalificado a esta abogada negra de 43 años por considerarla excesivamente radical. Clinton, que con Lani ha retirado ya a tres mujeres candidatas a un puesto de responsabilidad en Justicia, ha preferido arriesgarse a hacer frente a una tormenta política y ser tachado de inconsistente antes que poner en peligro la aprobación de su programa económico por el Senado.

"Esta ha sido la entrevista más dificil de mi vida", dijo ayer un compungido Clinton al anunciar que retiraba el nombre de su compañera de estudios en la Universidad de Yale porque, no compartía algunas de sus ideas sobre la defensa de las minorías raciales. "Cuando la designé no había leído todos sus análisis. Ahora, retrospectivamente, pienso que debería haberlo hecho", dijo.Lani Guinier aseguró ayer, casi llorando, que si Clinton le hubiera mantenido su apoyo habría acabado convenciendo al Senado de que sus ideas no atentan contra el principio de "un hombre, un voto". Guinier, descendiente de un negro y una mujer de religión judía, disintió con la decisión del presidente públicamente. "Espero que no estemos asistiendo al nacimiento de una nueva ortodoxia intelectual en la que los intelectuales no pueden discutir ideas desafiantes sin arriesgarse a perder su puesto público", declaró la abogada.

El patinazo de la designación de Guinier no podía ser mas inconveniente para un presidente que atraviesa el bache de popularidad más profundo que se ha detectado desde el final la II Guerra Mundial (tan sólo un 36%). Justo en el momento en el que empezaba a perfilar su campaña para presentarse como un político centrista, le ha estallado en las manos un asunto que tiene todos los componentes de la, controversia más agria: rechazar a una mujer de raza negra, que cuenta con un amplio apoyo en el sector liberal estadounidense.

Las críticas a la debilidad del presidente demócrata siguieron inmediatamente a este anuncio, a pesar de que Clinton trató de aparentar entereza al decir que asumía "la total responsabilidad" sobre lo ocurrido. En su defensa, Clinton explicó que decidió no dar a Guinier la oportunidad de defenderse frente a los senadores encargados de su confirmación para evitar "una sangrienta y divisoria polémica sobre derechos civiles" en EE UU.

El presidente dijo que, pese a todo, hubiera autorizado el interrogatorio si hubiera compartido las ideas de la abogada, pero añadió que finalmente consideró que la discusión pública de sus escritos sobre la división racial hubiera sido contraproducente para el conjunto de la sociedad.

Guinier ha mantenido en diversos estudios que se deben establecer porcentajes que favorezcan el acceso de las minorías al poder para equilibrar el peso de las mayorías, que de otro modo son incapaces de realizar el cambio que necesita la sociedad.

Aunque Clinton aseguró que al retirar a Guinier quería evitar un nuevo foco de iras en el delicado balance racial en EE UU, ya antes de que anunciara su decisión estallaron en la capital los primeros brotes de rechazo. Los 40 representantes que se agrupan en el Movimiento Negro del Congreso advirtieron que van a cancelar su apoyo a las leyes propuestas por Clinton. El presidente de la potente Organización Nacional para el Avance de la Gente de Color, Benjamin Chavis, acusó al Senado de racismo. "Si tal y como todo el mundo dice es una profesional capaz y si ya ha sido designada por el presidente, el problema es la raza y esa es una postura reaccionaria que incluso está adoptando la mayoría demócrata del Senado".

Acoso sexual

Chavis estableció un paralelismo con la abogada negra Anita Hill, que no consiguió ante el Senado coronar su objetivo de frenar el nombramiento del magistrado Clarence Thomas a Supremo, a pesar de acusarle de acoso sexual. "Las dos son letradas y negras", dijo para reforzar su opinión de que la mayoría de senadores blancos y varones rechaza a otros sectores sociales.Los grupos feministas interpretaron la falta de apoyo de Clinton a la abogada como una afrenta, sobre todo después de que Clinton también retirara su apoyo a dos de sus designadas para el puesto de Fiscal General.

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