De patriota a traidor

Dobrica Cosic fue nombrado presidente de la llamada Yugoslavia serbo-montenegrina por orden del presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, en un intento de dar cierta honorabilidad a esta federación, cuando ya había sido identificada como principal responsable de la guerra y los crímenes en los Balcanes. En la madrugada de ayer fue destituido, acusado de traición a la causa serbia. Cosic, escritor de novelas épicas, primero partisanas, después nacionalistas serbias, fue coautor del memorándum de la Academia serbia que acusaba a los albaneses de Kosovo de un genocidio inexistente. Como tal, fue instigador de la escalada nacionalista serbia, de la llegada al poder de Milosevic y del frenesí criminal que su llamada a la supremacía étnica serbia ha desata do en los Balcanes.Pero la oleada nacionalista que desencadenó ha acabado por arrastrarlo. Los intentos de Cosic de desvincular a la federación serbio-montenegrina de la aventura bélica en Bosnia y Croacia y su intento de apoyar a la oposición a Milosevic en las pasadas elecciones le granjearon la hostilidad del partido del presidente y del Partido Radical del fascista Vojislav Seselj, que han impuesto ahora la caída por moderado de este gran responsable del emponzoñamiento de las almas de su pueblo por las ideas de la supremacía racial.