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La Comunidad Europea limita el tiempo de trabajo a 48 horas semanales, incluidas las horas extras

Lluís Bassets

La Europa social avanza, pero a la velocidad del caracol. Después de tres años de debates y contorsiones jurídicas, los Doce aprobaron ayer una directiva que limita el tiempo máximo de trabajo semanal, horas extraordinarias incluidas, a 48 horas. Once países votaron a favor, mientras que el Reino Unido se abstuvo en solitario y anunció la presentación de un recurso ante el Tribunal Europeo. La victoria social obtenida por los Doce no viene a resolver ningún problema acuciante, aunque ofrece un marco mínimo de garantías jurídicas para evitar abusos: la Europa de 1993 no es la Inglaterra de Dickens, donde los niños trabajaban en las minas y las jornadas se prolongaban más allá de las doce horas. Pero el Reino Unido considera indeseable que la CE legisle sobre cuestiones que afectan a las partes contratantes en el mercado de trabajo y no desea impedir que alguien trabaje tantas horas como le plazca.La Comisión Europea y los países que han impulsado la directiva consideran, en cambio, que la creación del mercado único europeo debe llevar a una convergencia en las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores, y evitar así la posibilidad de dumping social entre socios comunitarios. El acuerdo político alcanzado ayer por los ministros de Trabajo de los Doce sobre las 48 horas es un primer paso en la construcción de la Europa social, que fue diseñada en 1989 cuando Once sobre Doce (Londres se autoexcluyó) aprobaron la Carta Social europea.

La directiva sobre tiempo de trabajo establece once horas de descanso consecutivas cada 24 horas, una jornada de reposo a la semana, un máximo de 48 horas de trabajo semanales, cuatro semanas de vacaciones pagadas al año y un máximo de ocho horas diarias de trabajo nocturno. Será plenamente vigente p . ara los Once dentro de tres años y dentro de diez para el Reino Unido.

Para una gran mayoría de trabajadores europeos la nueva norma no tendrá efecto alguno, pues los umbrales mínimos garantizados se hallan muy lejos de sus actuales condiciones de trabajo. Sin embargo, estadísticas de 1988 consideran que en todos los países se producen excesos de horario, desde el caso límite del 16% de los trabajadores británicos, hasta todos los otros países que oscilan entre el 8 y el 2% de asalariados que sobrepasan la semana de 48 horas.

El mayor efecto se producirá, según estudiosos de la propia CE, en el Reino Unido, a pesar de las derogaciones conseguidas por su gobierno. La directiva protegerá dentro de diez años a los trabajadores británicos que expresen su voluntad de no trabajar más de 48 horas a la semana, pero no habrá una limitación general al tiempo de trabajo en el Reino Unido. Sucederá algo parecido con las vacaciones obligatorias, no reconocidas hasta ahora en algunos países, como el propio Reino Unido, Dinamarca e Italia. Varios países deberán adaptar sus legislaciones a la nueva directiva.

Según el ministro español de Trabajo, Luis Martínez Noval, "ésta es una norma de mínimos muy mínimos, pero si no se apoya no hay directiva alguna". "Muchos países piensan que más vale algo que nada", añadió. La nueva norma no producirá modificación alguna en la legislación española. "Con esta directiva se podrían hacer 400 horas extraordinarias al año, en vez de las 80 máximas que permite la legislación española", dijo.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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