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La OTAN reitera la validez del Plan Vance-Owen como primera fase hacia la paz

Lluís Bassets

El plan de paz para Bosnia de David Owen y Cyrus Vance es como una serpiente de verano. El Consejo Atlántico reiteró ayer su confianza en el plan, justo cuando todo el mundo, incluso sus más apasionados detractores, lamentaban su defunción, y aceptó además el argumento de que el acuerdo de los 4+1 (los cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Rusia, y el no permanente, España) es sólo una primera fase hacia la paz, que no debe consagrar en absoluto las conquistas serbias. El Parlamento Europeo, en cambio, rechazó el acuerdo 4+1 el jueves a última hora, por 119 votos a favor, 64 en contra y 25 abstenciones, en una moción muy severa para los patrocinadores del plan.

El Consejo Atlántico, formado por los representantes permanentes de los 16 países aliados, aceptó ayer las explicaciones de los patrocinadores del nuevo plan de paz para Bosnia y reconoció su utilidad para parar o limitar la matanza, evitar la extensión del conflicto y continuar la presión sobre Serbia. La OTAN recordó una vez más que "no se excluye el uso de la fuerza si es necesario", aunque será difícil determinar qué uso y qué fuerza una vez Washington ha renunciado a participar con tropas de tierra y es reticente a acciones ofensivas de su aviación para la protección de las fuerzas de Naciones Unidas.La Alianza Atlántica ha empezado a estudiar su papel en la aplicación del acuerdo 4+1, consistente en asegurar la creación de las zonas de seguridad. El control de la frontera entre Serbia y Bosnia correrá a cargo de monitores civiles y no incumbe a la OTAN, como sucede con el Tribunal de Crímenes de guerra.

La OTAN piensa en ampliar la actual vigilancia del cielo bosnio para evitar los sobrevuelos ilegales, pero a la vez ultimará los detalles militares del plan Vance-Owen por si es necesario ponerlo en práctica.

Por su parte, la resolución aprobada por el Parlamento Europeo pide "la ampliación del mandato y el incremento de las fuerzas de Naciones Unidas", y advierte de las "desastrosas consecuencias que tendría para toda Europa permitir que triunfara la agresión". La moción no fue apoyada por el grupo socialista, aunque algunos eurodiputados votaron a favor y otros, como los españoles Josep Verde y Xavier Rubert de Ventos, se abstuvieron.

"Funesta capitulación"

El presidente del grupo liberal, Yves Galland, dijo en la explicación de voto: "Es triste constatar que el Gobierno francés que yo apoyo sea uno de los actores de esta funesta capitulación". El ex presidente Valéry Giscard d'Estaing fue uno de los numerosos diputados que votó a favor de la resolución que criticaba el acuerdo de Washington.

[El secretario general de las Naciones Unidas, Butros Gali, pidió ayer al Consejo de Seguridad de adoptar decisiones sobre las medidas respecto de Macedonia a propósito de las diferencias entre Grecia y la ex república yugoslava.]

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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