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Regresa a España el claretiano que fue secuestrado en Filipinas

El padre Bernardo Blanco, misionero claretiano secuestrado durante 49 días por un grupo fundamentalista musulmán en Filipinas, manifestó ayer, al llegar a Madrid, que la experiencia no le ha hecho perder su vocación misionera, "sino que la ha aumentado".El padre Blanco llegó ayer procedente de Roma al aeropuerto de Barajas (Madrid), donde le esperaban un gran número de familiares y amigos, y pasará un tiempo de vacaciones en su pueblo natal de Cedea de Aliste (Zamora). "Creo que necesito un poco de descanso psicológico y físico", comentó.

Bernardo Blanco logró huir de sus secuestradores el pasado 5 de mayo, después de ser secuestrado el 18 ' de marzo a punta de pistola en la localidad de Matarling, en Basilan, donde trabajaba como párroco. Los secuestradores habían pedido un rescate de 4. 0.000 dólares, pero posteriormente lo rebajaron a 40.000.

El misionero, que ha venido a España con el billete de vuelta a Filipinas en el bolsillo, declaró que, aunque hubo algunos momentos difíciles, su vocación misionera no ha disminuido por esa experiencia, y que lo mismo les pasa a muchos jóvenes misioneros claretianos filipinos, que en varias ocasiones se ofrecieron para ocupar su puesto durante el tiempo que estuvo secuestrado.

Según Blanco, "la mala distribución de la riqueza en Filipinas es una de las causas de que se produzcan semejantes hechos, porque hay gente muy pobre". En su opinión, "el dinero era lo que más preocupaba a sus secuestradores, porque muchas veces hablaban de él y se reían, aunque en el fondo hubiera un motivo religioso".

El sacerdote, de 65 años, de los que 15 los ha pasado en Filipinas, declaró su alegría de volver a España, porque hubo momentos en que parecía que eso ya no podría pasar nunca, y manifestó que sus secuestradores se interesaban por la vida cristiana.

Blanco aseguró hallarse bien de salud tras permanecer algunos días de recuperación en un hospital y narró que cuando se escapó no hubo nada que hiciese pensar que sus secuestradores le permitirían fugarse.

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