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Un millón de madrileños beberán agua de pozo mientras continúe la escasez

Después de un año de medidas para paliar la sequía, las autoridades del agua han variado sus ideas. El tan temido uso de las aguas subterráneas ha pasado de ser nulo a abastecer a 750.000 habitantes, que serán un millón tras el verano. Los reparos para utilizar esas aguas se han diluido porque ahora el Canal de Isabel II calcula que sólo está extrayendo una cuarta parte del agua que se filtra anualmente bajo el suelo. Pese al reencuentro con un sistema tan antiguo y barato, la Administración ya está invirtiendo 50.000 millones en dos nuevas presas y en una conducción que causa estragos en los montes.

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Los 13 embalses de Madrid mantienen prácticamente el mismo nivel que hace un año. El consumo domestico queda asegurado hasta que finalice el próximo año hidrológico. Cuando a finales del verano se pongan en funcionamiento 20 nuevos pozos del Canal, en los que se han invertido unos 500 millones de pesetas, cerca de la quinta parte de los madrileños estarán abastecidos por unos 100 hectómetros cúbicos aportados por unos 80 pozos.Estos recursos extraordinarios y el ahorro en el consumo explican el supuesto milagro por el cual el volumen embalsado no se ha reducido en un año. Los pantanos contienen 387 hectómetros cúbicos, mientras que eran 406 el 22 de mayo de 1992, cuando la Asamblea de Madrid aprobó el ' decreto de medidas excepcionales por la sequía.

El recurso a las aguas del acuíferode Madrid ha sido una súbita decisión en la empresa que gestina el agua en Madrid y que depende del Gobierno regional. Si bien antes de marzo de 1992 el Canal llevaba nueve años sin extraer una gota de sus campos de pozos, al día de hoy las aguas subterráneas ya abastecen a 750.000 personas en la región.

Recurso estratégico

La empresa se mostraba reticente el año pasado a hacer uso de la importante reserva del acuífero del terciario detrítico sobre el que se asienta parte de la región -un embolsamiento de agua de 6.000 kilómetros cuadrados de extensión- por temor a su sobreexplotación y a los efectos en el entorno.Roque: Gistau, director gerente del Canal, afirma que el acuífero es un "recurso estratégico", aprovechiable por tanto en casos' de sequía excepcional como el actual. El director de producción de la misma empresa, José de Castro, señala que antes de 1992 no se recurrió a las aguas subterráneas porque era un aporte innecesario mientras los pantanos aseguraban el abastecimiento: "Hubiéramos tenido que abrir las compuertas de los embalses por excedente de agua".

Los expertos mantienen cifras distintas sobre el volumen de agua que se filtra anualmente al acuífero. Lógicamente, es un dato necesario para conocer hasta dónde se puede utilizar este recurso, independiententemente de que el acuífero tenga una gran capacidad de almacenamiento debido a su gran extensión. Los cálculos de recarga anual varían entre los 200 hectómetros cúbicos al año (Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma, que colabora con el Canal) y 400 (Facultad de Geológicas de la Complutense). El Canal calcula que extrae, desde marzo de 1992, 50 hectómetros cúbicos anuales.

Pero hay centenares de pozos de urbanizaciones y en fincas para riegos, cuyo control desde la Comisaría de Aguas de las Confederación Hidrográfica del Tajo es prácticamente inabordable. Aquellos pozos que extraen menos de 7.000 metros cúbicos al año no necesitan concesión. Sendas empresas madrileñas de perforaciones, Vegaben y Pirsa, afirmaron a este periódico que las solicitudes de sus clientes han aumentado un 30% y un 50%, respectivamente, de 1992 a 1993.

Además de los particulares, muchos municipios han puesto pozos en funcionamiento desde mayo del año pasado. Algunos, como Alcobendas, Leganés y Alcorcón, lo han hecho para evitar la pérdida de nuevos parques.

Hay que añadir que el Canal ha abierto los campos de pozos de los que dispone en Móstoles (190.000 habitantes), Fuenlabrada (142.000 ), Parla (69.000) y otras poblaciones del sur para el consumo doméstico.

Mientras que el Canal ha asegurado el consumo de agua potable y los municipios el riego de sus parques, el Gobierno ha proyectado dos grandes presas, una en el río Sorbe y otra en el Jarama, que costarán unos 40.000 millones. La Confederación del Tajo defiende su construcción porque la demanda de agua aumentará en unos 150 hectómetros anuales en 20 años. También es iniciativa del Ministerio de Obras Públicas la conducción de agua del río Alberche (200 hectómetros cúbicos anuales), ya en ejecución y con una inversión de 10.000 millones.

El Canal de Isabel II considera ajustados los cálculos de aumento de la demanda, aunque Gistau indica: "Yo no lo hubiera hecho todo a la vez". Otras opiniones son más críticas: los proyectos son insolidarios con otras regiones, afirma el catedrático de Hidrogeología Ramón Llamas. Mientras, los ecologistas de Aedenat consideran que una gestión más racional de aguas superficiales, subterráneas y recicladas, así como el ahorro, evitarían las grandes obras, que además alteran el entorno.

Aunque no llueva a gusto de todos, los expertos en hidrogeología advierten que el ciclo del agua sí es único: los acuíferos se nutren por escorrentía, que en el primer eslabón proviene de las mismas nubes que nutren los pantanos. Por ello, afirman que no cabe la disociación de aguas superficiales y subterráneas.

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