_
_
_
_

Del vino al agua

El País Vasco ha pasado de necesitar los cinturones más largos de España, para abarcar su ancho cuerpo, a darse dos vueltas a la cintura. La crisis ha afectado de forma muy dura a esta comunidad construida sobre el acero, hasta el punto de que los sindicatos advierten del peligro de la emigración juvenil (46,7% de paro). Si en 1989 el despertar de la economía era un hecho y la eclosión consumista tenía un fondo musical del emergente Duncan Dhu, 1993 es Barricada.El enfado de los nacionalistas por el bloqueo de las transferencias es el común denominador de cuatro movidos años. En este tiempo han pasado dos Gobiernos autónomos -el tripartito nacionalista y la coalición PNVPSE-EE-, el PNV y EA han conversado con HB y la reinserción de los etarras se ha convertido en el nuevo impulso de la Mesa de Ajuria Enea (el pacto contra el terrorismo).

Cuatro años pueden ser toda una eternidad si en periodo tan breve el ciudadano comprueba cómo, al contrario que en el milagro, el vino se está convirtiendo en agua. Es ésta una comunidad proclive a los extremos y capaz de pasar de unos elevados índices de natalidad a los más bajos de Europa, del silencio provocado por el miedo al terrorismo al clamor por la paz; de haber sido, con orgullo, una gran exportadora de curas y monjas a exhibir los seminarios más vacíos de la Península, y de disponer del suelo industrial más apretado a la puesta en marcha de vacaciones fiscales para las nuevas empresas.

Si entre 1973 y 1985 la economía vasca perdió un total de 194.000 empleos netos, sólo en 1992 se han perdido 36.000 puestos de trabajo. Después de una época de bonanza económica se han vuelto a superar los niveles de paro de 1987 (20,9%), hasta llegar al 21,5%.

Por el contrario, el peso relativo del sector público en el producto interior bruto (PIB) ha ido creciendo, y la tendencia a la terciarización de la economía [aumento del sector servicios] ha dado un paso de gigante en los últimos siete años. Aunque todavía por debajo de la media europea, se ha pasado de 320.000 empleos en 1985 a 415.000 en el sector servicios en 1992.

Ante la falta de expectativas laborales, los sindicatos comienzan a utilizar términos como emigración. El secretario general de ELA [Solidaridad de Trabajadores Vascos, nacionalista], José Elorrieta, opina que el término no sugiere nada descabellado a la vista de la actual situación. "Los jóvenes tendrán que emigrar si el paro persiste".

Este panorama llevó al PNV a plantear el mensaje de avanzar hacia la autodeterminación a través de la independencia económica. Sin embargo, para sacar adelante ese esquema faltan varías piezas sobre el tablero de juego: las transferencias de la Seguridad Social, las de formación y empleo y el anhelado banco público vasco. Las tres primeras siguen bloqueadas en la negociación con el Gobierno central; y el banco ha sido aprobado formalmente por el Ejecutivo vasco pero aún le queda un largo camino de conflictos jurídicos y políticos hasta su eventual puesta en funcionamiento.

Ni siquiera los rezos de los cada vez menos creyentes -75%de los ciudadanos en 1960 y menos del 30% hoy- han podido dar la vuelta a la situación. El bloqueo, que dura ya cinco años, tendrá que esperar al menos hasta junio. Pero qué es un mes si Xabier Arzalluz, presidente del PNY, ha visto cómo en dos legislaturas le cortaron a bisturí el partido, han perdido la hegemonía, se han acostumbrado al pragmatismo del PSE-PSOE y finalmente ha culminado una perestroika interna cuya máxima expresión es la moderación de su discurso.

Además, las instituciones vascas empiezan a contar con la presencia de HB cada vez más, a medida que ETA pierde amonal. Los éxitos de Ministerio y Consejería de Interior se conjugan con las escisiones en el colectivo de los presos, cuyo fruto es la salida a la calle de al menos tres históricos: Isidro Etxabe, Juan Antonio Urrutia y Guillermo, Arbeloa.

Sin embargo, el problema de la violencia -que para los vascos ha descendido en interés, en favor del paro y la crisis económica-, no es el único. La incorporación de la mujer al mercado de trabajo sigue siendo irregular. El Instituto Vasco de la Mujer denuncia que todavía existe una discriminación que provoca que a iguales trabajos el salario sea diferente. Para el sociólogo Javier Elzo es, a pesar de todo,, "la revolución del siglo XX". El 65% de las matrículas de la Universidad de Deusto están rellenas con nombres de mujer.

Si a todo ello le unimos que el Athletic Club de Bilbao tiene un entrenador alemán, que los jóvenes cada vez beben más, que el lehendakari rara vez interviene en los plenos parlamentarios, que a Ibarrola le tumbaron parte de una exposición de traviesas en Vitoria, u que las pinturas rupestres alavesas de Zubialde las hizo un troglodita del siglo XX, cuatro años pueden resultar eternos, pero no aburridos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_