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El primer tramo del nuevo gasoducto euromagrebí costará 130.000 millones

El gasoducto euromagrebí, cuyas obras se iniciaron el pasado día 13, convertirá a Argelia en el principal suministrador de gas natural a Europa. Su primera fase costará 130.000 millones de pesetas. La inauguración oficial de sus obras se efectuó en medio de un paisaje desolador y predesértico, situado a 83 kilómetros al sur de Uxda, junto a la frontera argelino-marroquí, en el que se habían dado cita los tres ministros de Energía: el argelino Hacene Mefti, el marroquí Dris Alaui Mdaghiri y el español Claudio Aranzadi.

Las obras de este gasoducto, en su primera fase, deberán estar acabadas en 1995, y permitirán trasladar 10.000 millones de metros cúbicos por año, para pasar posteriormente a una capacidad máxima de 20.000 millones de metros cúbicos. El coste aproximado de la primera fase será de 130.000 millones de pesetas, que serán financiados por los tres países y por la Comunidad Europea a través de préstamos concedidos por el Banco Europeo de Inversiones.La inauguración oficial de las obras se llevó a término en el tramo marroquí, junto a la frontera con Argel, justo en el lugar donde está previsto levantar una de las dos estaciones de compresión, que bombeará el gas hasta Europa. Cuando el gas llegue a este punto de la conducción habrá recorrido ya más de 500 kilómetros por suelo argelino y le faltarán aún 563 kilómetros para llegar hasta el estrecho de Gibraltar, de donde pasará a Sevilla, para distribuirse por toda España, Francia y posiblemente también Portugal.

Un reducido séquito, que no superaba a las cien personas, acompañó a los tres ministros de Energía en esa jornada desapacible, abatida por el viento y la arena, que rebozó sin piedad la pastilla, el mechuí y el cuscús que las autoridades marroquíes sirvieron a sus invitados.

En el exterior de las tiendas, convertidas en comedor, un grupo folclórico no dejaba de cantar y bailar mientras los caballos galopaban, espoleados por los jinetes, a lo largo de la explanada, disparando con sus espingardas. Pero ni la fuerza del viento, ni el estruendo de las escopetas logró apagar los discursos de los tres ministros, quienes recalcaron la importancia del proyecto.

La ceremonia oficial, celebrada en el término municipal de Ain Beni Matar, en suelo marroquí, ha sido considerada en medios políticos como una señal clara de los esfuerzos de reconciliación entre los Gobiernos de Rabat y Argel, cuyas relaciones se encuentran desde hace un año sumidas en una grave crisis, en especial por el conflicto del Sáhara Occidental y el Frente Polisario. Mientras en la frontera se celebraba esta simbólica ceremonia, en Rabat se reunían los ministros de Cooperación de los dos países magrebíes.

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