Las tropas croatas "limpian" Mostar de musulmanes antes de pactar un alto el fuego

MIRJANA TOMIC, El presidente de Bosnia, Alia Izetbegovic, y el dirigente de la comunidad croata en esta república, Mate Boban, pactaron ayer un nuevo cese de las hostilidades en Bosnia central, que entró en vigor a las seis de la tarde, tras dos días de violentos combates entre el Ejército croata y el musulmán en Mostar, la capital de Herzegovina. El Consejo de la Defensa Croata (HVO) emprendió una ofensiva para expulsar a las tropas bosnias de Mostar y limpiar étnicamente la ciudad de la población musulmana.

Más de 1.000 civiles musulmanes se encuentran prisioneros en el estadio de fútbol, rodeados por el Ejército croata, aseguran los portavoces de las Naciones Unidas, al indicar que los hombres musulmanes fueron evacuados hacia la zona industrial. El batallón español de cascos azules de Unprofor que patrulla en Mostar, se vio obligado a retirar sus efectivos hacia las montañas, debido a los combates. Se ignora cuántas personas fueron expulsadas en autobuses desde Mostar hacia Zenica y Jablanica, dos localidades bajo el control del Gobierno de Alia Izetbegovic.El comandante de Unprofor en la antigua Yugoslavia, el general Lars-Eric Wahlgren, insistió ante las autoridades políticas en Zagreb, capital de Croacia, para que presionen "activa y urgentemente" a los croatas en Bosnia para frenar la carnicería. El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, cuya política hacia Bosnia no difiere de la serbia, es decir, que apoya la desintegración de esta república para luego integrar las provincias croatas en Bosnia a una Gran Croacia, negó que las unidades regulares del Ejército croata participaran en los combates en Bosnia.

Belgrado, capital de Serbia, nunca ha admitido el apoyo militar a los serbios en Bosnia. "Condeno con energía los conflictos armados entre los croatas y los musulmanes, sea quien sea que los haya provocado", declaró Tudjman.

Mientras la radio de Sarajevo, en poder de los musulmanes, afirmaba anoche que el alto el fuego no se respeta en Mostar, Radio Croacia indicó que sólo se registraban escaramuzas esporádicas. Los máximos responsables militares de croatas y musulmanes, Milivoj Petkovic y Sefer Halilovic, respectivamente, tienen previsto reunirse para discutir los detalles de la tregua.

Por otra parte, siguiendo el acuerdo entre los comandantes del Ejército serbio en Bosnia y el musulmán, Ratko MIadic y Sefer Halilovic, ultimado el domingo por la madrugada, sobre la desmilitarización de los enclaves musulmanes en Bosnia oriental, los observadores del Unprofor penetraron, por fin, en el enclave de Zepa.

Los primeros observadores de la ONU que llegaron al enclave musulmán, tuvieron que cubrir el último tramo del camino hacia Zepa a pie, puesto que el Ejército serbio les impidió realizar el viaje con sus vehículos. Allí sólo hallaron una ciudad desierta. Tan sólo 50 personas deambulaban por las calles de la aldea montañosa, con los edificios severamente dañados. Unos 200 heridos de la zona necesitan ser evacuados urgentemente, según fuentes de Unprofor. Zepa tenía 6.000 habitantes antes de la guerra.

40.000 refugiados

La limpieza étnica en otras partes de Bosnia oriental incrementó este número a unas 40.000 personas, distribuidas entre la cabecera comarcal de Zepa y los pueblos circundantes. La población de Zepa se ha escapado presumiblemente hacia las montañas huyendo de la agresión serbia mientras el Ejército musulmán se retira puesto que el último acuerdo militar prevé la entrega de sus, armas.

John McMillan, portavoz del ACNUR señaló: "Si los informes de Zepa son correctos, entonces se trata de una catástrofe humanitaria de enorme magnitud".