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Más que una respuesta a la epidemia de cólera

Las intervenciones selectivas sobre la salud, afirma el autor, no son de eficacia duradera. Por eso es ejemplar la estrategia globalizadora del Plan regional de inversiones en ambiente y salud, elaborado por la Organización Panamericana de la Salud.

Es conocido que en los países subdesarrollados, en los que están en vías de desarrollo y en las bolsas de población en la marginalidad de los países desarrollados, la salud está íntimamente relacionada con la pobreza, la calidad y la cantidad de la nutrición, la educación y la formación, el acceso al agua potable, la vivienda, las condiciones y estilos de vida, el trabajo y sus condiciones, la fertilidad, el acceso a los servicios públicos, etcétera. Además, se sabe que el abordaje exclusivo desde el sector sanitario (por ejemplo, construyendo centros asistenciales o enviando personal sanitario: Nigeria. Etiopía, 1967) o desde cualquier otro sector, aislado (por ejemplo, los programas de nutrición: India, Guatemala, 1959-1964), sólo produce un alivio temporal de los problemas de salud. Las intervenciones selectivas sobre la salud no son de eficacia duradera y ha de recurrirse a estrategias globalizadoras intersectoriales que vayan encaminadas a combatir la pobreza y el largo listado de sus consecuencias si se quiere conseguir efectos perdurables.Por ello, es un ejemplo de cómo deben enunciarse las intervenciones en salud el denominado Plan regional de inversiones en ambiente y salud, elaborado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) siguiendo lo acordado por la Comisión Preparatoria de la Segunda Reunión de la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno que tuvo lugar en Madrid en julio pasado.

En efecto, ya desde la primera cumbre, celebrada en Guadalajara (México), se hizo énfasis en concretar las buenas, pero genéricas, intenciones, que en ésta se habían planteado para atajar el gravísimo problema de la epidemia de cólera en Suramérica. La enfermedad está causando cientos de miles de afectados (más de 324.000 casos, en América, hasta la actualidad) y miles de muertes. Además, lleva camino de convertirse en un mal endémico en la región si no se actúa rápida y enérgicamente.

Por otra parte, la OMS estima que el 80% de las enfermedades que se sufren en América Latina están relacionadas con el mal abastecimiento del agua y unas difíciles condiciones sanitarias. Es por ello que se producen más de tres episodios de diarrea al año por niño menor de cinco años, que, con otros factores, hacen que la mortalidad infantil en Latinoamérica en el periodo 1985-1990 haya sido de 55 muertes por 10.000 nacidos vivos (8,9 en España), o que la esperanza de vida al nacer sea de 63 años todavía (en nuestro país, 76 años).

Por todo ello, el Plan, aprobado en líneas generales en la Cumbre de Madrid, propone promover un proceso en todos los países de América Latina y del Caribe, de manera que, en primer lugar, enmarque sus respectivos planes nacionales de inversión y de actuación y, en segundo término, oriente la cooperación entre los países del área y la cooperación externa a la misma (técnica y financiera, de la CE y de otros) durante 12 años, desde 1993 hasta el año 2004, en una serie de epígrafes.

Infraestructuras

-Infraestructura para la promoción y control del medio ambiente, priorizándose los servicios de agua potable y alcantarillado, de eliminación de residuos sólidos urbanos y de control de la contaminación de las aguas por desagües municipales e industriales. Supone el 53% de la financiación del Plan.

-Infraestructura para el cuidado directo de la salud de las personas, priorizándose el autocuidado y los servicios periféricos (centros de salud). Tanto estos servicios como los de los hospitales (se propone la rehabilitación de 224.000 camas y la creación de 340.200) deben reorientar sus fines en una red integrada. Representa el 29,7% del Plan.

-Preinversiones encaminadas a analizar el estado de la cuestión en los diferentes países, así como a preparar los proyectos concretos para la obtención de créditos. Significa el 0,6% del total del Plan Regional.

-Desarrollo institucional como paso previo, imprescindible y prioritario, para conseguir utilizar adecuadamente los fondos de inversión, que son el 85% del monto total del Plan. Este capítulo supone el 0,4% del Plan.

-Ciencia y tecnología: se trata de mejorar la cooperación entre las investigaciones básicas y aplicadas y las tecnologías, por una parte, y los sectores de producción nacionales o locales, por otra, al tiempo que se desarrollan las primeras. Representa el 0,75% del Plan.

-Áreas especiales sobre las que hay que actuar prioritaria e inmediatamente: promoción de las organizaciones sociales de base, la mujer, la utilización del potencial de los pueblos indios de América, la mejora urgente de las bolsas de miseria y marginalidad extremas en las grandes ciudades y en determinadas áreas rurales deprimidas, las condiciones ambientales del trabajo, la desinfección de suministros de agua que no cumplen normas mínimas de calidad bacteriológica y la necesidad imperiosa de controlar ciertas enfermedades prevalentes. Significa el 1,85% del total del Plan Regional.

El Plan Regional de inversiones en ambiente y salud se eleva a más de 20 billones de pesetas, siendo su financiación compleja: compromiso de reserva en los Presupuestos del Estado de un porcentaje anual del PIB agregado de los países implicados (0,82%), inversiones de la Seguridad Social y aportación por parte de los sectores privados, como fuentes internas y recuperación del nivel de créditos concedidos por los países industrializados a Latinoamérica y países del Caribe y conversión de la deuda externa, como fuentes ajenas.

Nuestro país, individualmente y a través de la acción de la CE, así como el resto de los países desarrollados, deben hacer esfuerzos para que sus ayudas internacionales de cooperación, en multitud de ocasiones, dispersas y no coordinadas entre sí, no bien planificadas e incluso llevadas a cabo exclusivamente desde su perspectiva y no desde la de los países que las reciben, crezcan, si ello es posible, o al menos se orienten adecuadamente. El Plan es un excelente instrumento para ello.

Pero además España debe volcarse, a través de este Plan, hacia estos países, porque ha jugado un papel relevante en esta última cumbre. en lo inmediato (no por nada fue la anfitriona de la misma); y porque, en el largo plazo, no puede ni debe dejar su ascendiente político, cultural, humanitario, no atendiendo un campo tan fundamental como es el de la salud. La acción conjunta del Gobierno español, ya que conllevaría actuaciones de varios departamentos (de la Presidencia, de Asuntos Exteriores, de Sanidad, de Obras Públicas y de Industria, por lo menos), debería ser de colaboración en el liderazgo con la OPS y los países del área, llevando a cabo el estudio de preinversiones para establecer el diagnóstico de situación en los diferentes campos abordados por el Plan de Inversiones; mediando en la gestión de la obtención de fondos internacionales; y canalizando y facilitando las iniciativas privadas (por ejemplo, las correspondientes a las sociedades constructoras, a las consultorías sanitarias o a las empresas de tecnología de nuestro país).

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