Scalfaro llama a la responsabilidad de los partidos italianos

Mientras se estrechan los tiempos de resolución de la crisis política italiana y del nombramiento del nuevo primer ministro por parte del presidente de la República Oscar Luigi Scalfaro, las posturas de los partidos estuvieron ayer todo menos cercanas en los coloquios que las tres principales formaciones- Democracia Cristina, socialistas y Partido Democrático de la Izquierda, ex comunista- mantuvieron por la mañana en el palacio del Quirinal con el jefe del Estado. Tanto fue así que al final de los encuentros Scalfaro hizo un llamamiento, ante las cámaras de televisión, a la "asunción de responsabilidad total y seria por parte de todos"."Considero que el cien por cien de los italianos ha pedido el cambio, porque el 18% que ha votado no en el referéndum lo ha solicitado desde otro ángulo. Pienso que lo verdaderamente nuevo podrá llegar en el momento en el que el tránsito de lo viejo a lo nuevo llegue a puerto, es decir, cuando llegue el momento de elecciones políticas conforme a las nuevas normas. Pero el punto fundamental del Parlamento es la respuesta urgente motivada por este referéndum", dijo el presidente de la República.

Scalfaro hacía así un llamamiento a las fuerzas políticas y reiteraba su intención de salir de la crisis lo más rápidamente posible y poder designar hoy al nuevo jefe del Gobierno. Pero las conversaciones que tuvo por la mañana con las tres principales formaciones políticas no se lo habían puesto muy fácil.

El secretario socialista, Giorgio Benvenuto, insistió en dar la puntilla al Gobierno institucional. Benvenuto se pronunció por un ejecutivo "de las reformas", no breve, de base política muy amplia y programa muy preciso y que, además, no fuera una reedición del cuatripartido.

El líder del Partido Democrático de la Izquierda, Achille Occhetto, quedó fuera de la corriente general con su propuesta de un Gobierno institucional que complete la ley electoral para acudir en tiempo breve a las urnas y elegir así a la mayoría que debe gobernar el país.

Los últimos en entrevistarse con el jefe del Estado fueron los democristianos. Se mostraron conscientes de la fuerte petición de cambio que han hecho los italianos y dispuestos a ensanchar las bases del Gobierno, un Gobierno que elabore inmediatamente una ley electoral, pero, eso sí, no a plazo fijo.

Si el PDS quedara fuera, la mayoría sólo podría ampliarse con los republicanos y con el radical Marco Pannella.