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Clinton refuerza el papel del Estado para mejorar la enseñanza básica en EE UU

Antonio Caño

El presidente de EE UU, Bill Clinton, ha presentado un programa de reforma educativa que prevé mayor participación del Estado en la elaboración de los programas de estudios y una inversión de más de 400 millones de dólares (50.000 millones de pesetas) para mejorar la calidad de la enseñanza no universitaria. El programa, llamado Objetivo 2000, ha sido muy criticado por la oposición republicana, que cree que permitirá al Gobierno interferir en las escuelas y desestimulará la inversión en la enseñanza privada.

Este plan, anunciado el miércoles por los secretarios de Educación, Richard Riley, y de Trabajo, Robert Reich, incluye la creación de una comisión estatal nacional que determinará los niveles que deben tener los estudiantes antes de pasar a la universidad y fijará los tipos de exámenes que se realizarán a los alumnos."Se trata de determinar con más claridad qué es lo que los estudiantes deben saber, a qué pueden aspirar y qué es lo que las escuelas deben suministrar", explicó Riley al presentar esta primera propuesta de la Administración demócrata en materia educativa.

El objetivo de este programa, que fue una de las piezas fundamentales de la campaña electoral de Bill Clinton, es, según explicó Reich, formar adecuadamente a la fuerza laboral del futuro para competir en un mundo de mercados más abiertos.

"Tenemos quizá el mejor sistema de enseñanza superior del mundo, pero nos encontramos situados entre los peores del mundo en lo que respecta a la formación de los estudiantes que llegan del instituto al trabajo sin pasar por la universidad", declaró el secretario de Trabajo, representante del sector más izquierdista en el Gabinete de Bill Clinton.

Evaluación

Uno de los apartados más importantes de este programa es la creación del Consejo Nacional para la Mejora de los Niveles de Educación, que tendrá poder sobre los Estados para establecer, por ejemplo, asignaturas obligatorias en diferentes cursos. Esa facultad estaba hasta ahora reservada a los gobernadores y, en algunos casos, a las propias escuelas.Ese consejo, que estará integrado por 20 miembros, aconsejará, por ejemplo, según se anuncié el miércoles, poner mayor énfasis en la enseñanza de idiomas extranjeros y de artes, asignaturas a la cual prácticamente no se presta atención en numerosos Estados del país.

El Consejo establecerá también exámenes en los que se pueda comprobar si los alumnos de enseñanza media poseen el nivel suficiente para acceder al mercado de trabajo o para entrar en la universidad. Riley descartó que vaya a establecerse un único examen para todo el país.

Uno de los aspectos más polémicos de la reforma es el control para determinar si las escuelas y los profesores están capacitados para impartir la enseñanza. Esto, que los republicanos han criticado como un mecanismo para interferir en la enseñanza privada, exigirá a los profesores la actualización de sus expedientes e incluso de sus conocimientos.

El programa Objetivo 2000 será presentado como ley al Congreso próximamente, y en esa ley se incluirán varias de las propuestas que anteriormente habían sido hechas por la Administración presidida por George Bush.

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