Nuestro patrimonio
AÑO TRAS año, coincidiendo con el aniversario cervantino, se escriben las más diversas reflexiones en tomo a la lengua y el libro como componentes básicos, indispensables, de la cultura latinoamericana. Con constancia encomiable surgen, también anual mente, informes que reflejan y analizan la situación de lo que se ha venido en llamar la industria de la lengua. Sabemos que, con datos de 1992, el 40% de los españoles no lee jamás; que los que lo hacen con mayor dedicación son los jóvenes entre los 18 y los 24 años, si bien es cierto que la media diaria que dedican a tal afición no llega a los 15 minutos; que el número de libros editados vuelve a romper los esquemas preestablecidos, puesto que en dicho año se publicaron más de 50.000 nuevos títulos; que las exportaciones subieron algo más del 9% con relación a 1991, cifrándose en casi 36.000 millones de pesetas, y que, en relación a otras industrias culturales (música, cine, teatro...), el libro goza de mejor salud. A ello hay que añadir los sectores de la tecnología de la comunicación, informática y telecomunicaciones, sin duda los más potentes del planeta, para comprender las enormes posibilidades de desarrollo, y también de dependencia, de la lengua española, un instrumento que es utilizado regularmente por cerca de 330 millones de habitantes.El Premio Cervantes (en esta ocasión, a la venerable poetisa cubana Dulce María Loynaz) permite reconocer en un creador la belleza de ese instrumento y el talento de quien lo ejerce. Estos datos avalan la tesis que sostiene en estas páginas el presidente del Instituto Cervantes: "Una política de cuidado constante y de difusión exterior del más noble de nuestros patrimonios debe rebasar la acción del Estado. Debe buscarse el apoyo de toda la sociedad...".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.