Parques y sequía
El continuado y progresivo proceso de desertización que sufre este país sólo puede ser remediado mediante las actuaciones globales defendidas por los ecologistas desde hace muchos años, tales como repoblaciones masivas con árboles autóctonos, obligada limpieza y cuidado de los montes por sus propietarios, utilización de aguas residuales depuradas para riego, control del consumo de agua de industrias y particulares exigiendo contadores individuales, ajardinamiento con plantas propias de zonas de escasa pluviosidad, incremento de la superficie dedicada a parques nacionales de un 15% del total al menos y la aplicación real de una legislación proteccionista sobre el ecosistema global.Algunas de estas medidas parece que van entrando en la dura mollera de los políticos, sin embargo, distan mucho de aplicarlas racionalmente. Tal es el caso de Madrid, donde se despilfarran miles de millones en jardines mastodónticos lejos del casco urbano, como ese monstruoso Campo de las Naciones, en invernaderos de dudoso gusto y conservación como el de la añorada estación de Atocha, mientras se niega con tenaz avaricia el mínimo de agua necesaria a otros tan hermosos, disfrutados, arraigados y antiguos como el Retiro o el parque del Oeste, donde los semisecos árboles dan fe de esa farisaica avaricia municipal del agua.
Menos declaraciones rimbombantes y más sentido común, que los árboles semisecos ya no aguantan más incongruencias políticas. ¿O el negocio está en que se seque todo y volverlo a replantar? Más seriedad, señores, que nos jugamos el futuro.-
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