Un cuadro de Orazio Gentileschi vuelve restaurado a las salas del Museo del Prado

Quienes, allá por la primavera del año 1970, tuvimos la oportunidad de contemplar en el Casón del Buen Retiro esa bella y apabullante exposición titulada Pintura italiana del siglo XVII, no olvidaremos jamás el impacto que nos causó el cuadro Hallazgo de Moisés o Moisés salvado de las aguas del Nilo, sin duda una de las mejores obras maestras de Orazio Gentilleschi, nacido en Pisa el año 1563 y muerto en la corte inglesa en 1639.Según consta documentalmente, dicho cuadro fue enviado por el pintor a Felipe IV en 1633, lo que explica que fuera realizado en el último tramo vital del refinadísimo pintor toscano, cuando ya se habían templado sus primitivos ardores naturalistas y alcanzaba la plenitud encalmada de toda su mucha sapienza pictórica. Este lienzo, que merece ser considerado entre lo mejor de su autor, estaba grávido de sutiles promesas veladas por el tiempo y sus estragos: Algunas se podían entrever antes de su restauración, pero otras, como por ejemplo los sutiles juegos de luces y ese labrado de primorosos pormenores a los que un buen toscano, no podía no estar muy aficionado, quedaban casi condenadas. La cuidadosa limpieza nos devuelve ese perdido esplendor y verdaderamente nos deslumbra.