El Consejo de Seguridad declara a Srebrenica zona bajo su protección

El Consejo de Seguridad de la ONU decidió ayer unánimemente convertir la asediada ciudad de Srebrenica en "zona bajo la protección de las Naciones Unidas". Tras nueve horas de discusiones, los 15 miembros del órgano decisorio de la ONU optaron por adoptar esta nueva resolución de protección a los musulmanes y de condena a los serbios, a pesar de que hasta ahora este tipo de advertencias no han tenido ningún efecto en el comportamiento de los invasores de Bosnia-Herzegovina. La última resolución del Consejo de Seguridad para frenar la campaña de limpieza étnica de los serbios no establece ninguna sanción concreta en caso de que los agresores continúen con su avance.

El Consejo de Seguridad celebraba esta madrugada una nueva reunión, a petición de Francia, miembro permanente del órgano ejecutivo de la ONU. El ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, había declarado previamente que Serbia "se mofa" de la comunidad internacional y pidió a las Naciones Unidas que votaran un bloqueo total de la nueva Yugoslavia, formada por Serbia y Montenegro. Francia asegura que Serbia acaba de dar un nuevo paso hacia "la barbarie y la inhumanidad" en el asedio de Srebrenica.También el primer ministro sueco, Carl Bildt, se mostró partidiario de sanciones más severas contra Serbia. "No comprendemos la política pasiva", dijo Bildt. El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Emilio Colombo, declaró igualmente su apoyo a la toma de medidas más firmes contra los serbios de Bosnia. Su homónimo belga, Willy Claes, solicitó un "embargo político y económico total" contra los serbios.

Prácticamente todos los miembros del Consejo de Seguridad se manifestaron a favor de sanciones inmediatas, con la excepción de Rusia, que en las consultas a puerta cerrada dijo que no había motivo para votar ya sobre las sanciones, informa la agencia Efe.

Dificultades internas

El primer debate, que había concluido con la declaración de Srebrenica como zona protegida por la ONU, ya mostró con claridad las diferencias internas que hacen que los países integrados en el órgano de decisión internacional se encuentren con tantas dificultades para llegar al consenso.

Mientras los países integrados en el grupo de los no alineados (Venezuela, Pakistán, Marruecos, Cabo Verde y Yibuti) presionaban en nombre de los países islámicos para avanzar en las sanciones de condena contra el sufrimiento de los musulmanes, Estados Unidos, Francia y Reino Unido discutían sobre la oportunidad de mantener una nueva reunión para votar las medidas de aislamiento intemacional contra los serbios para el día 26 de abril. Reunión que al final se inició en la tarde de ayer.

Respaldada por EE UU, Rusia, que había pedido un respiro hasta después del referendum del 25 de abril, para evitar las críticas de su Parlamento en caso de que apruebe sanciones contra los serbios, reconocía que si Srebrenica cae en manos de los radicales serbios puede verse obligada a reconsiderar su postura.

El enviado especial del presidente Yeltsin, Vitaly Churkin, declaró ayer a su regreso de la antigua Yugoslavia que Rusia podría cambiar su actitud y votar por el reforzamiento de las sanciones contra la nueva Yugoslavia después del referéndum del 25 de abril.

Mientras los países miembros se debatían entre la prudencia y la necesidad de mantener su credibilidad ante las provocaciones serbias, noticias confusas sobre lo que realmente estaba ocurriendo en Srebrenica añadían nuevos obstáculos a la reunión.

Antes de que se votara la resolución que ponía al enclave musulmán de Srebrenica bajo protección, los países miembros del Consejo suavizaron los términos del borrador inicial para conseguir una votación unánime. En principio se encargaba a las tropas de la ONU que "aseguraran la protección" de la población civil en Srebrenica. Esta expresión, que podía ser susceptible de ser considerada como un eufemismo de acción militar, acabó convirtiéndose en una petición para que los cascos azules "supervisen la situación humanitaria en la zona protegida".

Evacuación de civiles

Paradójicamente, la resolución del Consejo de Seguridad rechaza la evacuación de los civiles, entre los que se encuentran unos 30.000 refugiados musulmanes, a pesar de que los habitantes de la ciudad y los mandos militares de la ONU en la zona han solicitado que se negocie la rendición a cambio de que se les permita salir con vida de la ciudad asediada por tropas serbias.

"Hay que oponerse a la limpieza étnica", explicó Clinton en una de sus más duras declaraciones contra los serbios. El presidente advirtió que es necesario frenar la violencia porque "la agitación que se vive en los Balcanes se puede reproducir en otras partes, no es un problema aislado de Bosnia".

De momento Clinton sólo ha descartado el envío de tropas norteamericanas a la zona. Sin embargo, ayer dejó abierta la posibilidad de llevar a cabo un bombardeo aéreo para debilitar las posiciones serbias. El presidente norteamericano aclaró que no decidirá una medida de este calibre sin antes contar con el apoyo de los países aliados, con los que se mantuvo en contacto durante todo el viernes. La propuesta de algunos consejeros presidenciales (le que ha llegado el momento de atacar desde el aire las posiciones serbias se enfrenta a la de otros asesores que recomiendan la prudencia.