Agresión policial

Sábado 13 de marzo, sobre las 22.30, calle de Berrencalle, en pleno corazón del casco viejo de Bilbao. Poco más de dos docenas de jóvenes radicales aparecen corriendo gritando las consignas de rigor. Instantes después llegan varios miembros de la Policía Nacional que, recorriendo la calle de arriba abajo, golpean indiscriminadamente a los presentes, a la vez que disparan pelotas de goma a quemarropa.A la espera de que todo esto terminara, varios amigos y amigas nos encontrábamos refugiados contra la puerta de un portal cuando cuatro polícias se acercan a nosotros y uno de ellos, que llevaba el rostro cubierto y ningún distintivo que le identificara, grita con aire chulesco: "Fuera de aquí, esto no es un espectáculo", para, antes de darnos oportunidad de explicar nada, derribarme de un porrazo en la cabeza (me tuvieron que dar cinco puntos de sutura) y varios en la espalda y brazo.

No conforme con esto, aprovecha que estoy caído para propinarme una patada en el muslo izquierdo, que me produce un hematoma de unos 30 centímetros. Lesiones éstas por las que he presentado la correspondiente denuncia.

Y, ante todo esto, debo darle la razón a ese honrado servidor de la ley. Aquello no fue un espectáculo; fue algo vergonzoso y denigrante, tanto más en un país que dice ser un Estado democrático y social de derecho (artículo 1 de la Constitución). Además, le recordaré dos cosas:

1. Que su trabajo consiste en proteger a los ciudadanos (entre los cuales me incluyo), y no en agredirme en una situación en la que no violaba ninguna ley, a no ser que su sacrosanta voluntad haya alcanzado este rango legal.

2. Que su sueldo proviene de los impuestos que soportarnos los ciudadanos, y yo, desde luego, tengo claro que no le pago para que me abra la cabeza.

Por otro lado, le recomiendo que se lea la Constitución Para que, a poder ser, no se vuelva a cargar tan alegremente varios artículos de ella, como el 19, que garantiza la libertad de circulación, o el 21.1, que reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas.- y 46 firmas más.