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España pide a la CE que investigue la legalidad de la exportación de residuos urbanos alemanes

España ha presentado al Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la CE una comunicación para que se investiguen la legalidad y las consecuencias de la exportación de residuos urbanos e industriales recuperados entre países comunitarios. La iniciativa española, presentada por el ministro José Borrell en la reunión del consejo celebrada el 22 y el 23 de marzo, alude a la exportación de residuos alemanes, en particular el papel, que está poniendo en graves aprietos la actividad recuperadora de los países receptores.

El papel usado alemán, que en la práctica se está regalando, amenaza con arruinar a la industria recuperadora española y de otros países. El Reino Unido ha presentado una propuesta similar y el consejo ha creado un grupo de trabajo encargado de presentar un informe al respecto, según el subdirector general de Residuos, Eduardo García Lozano.El amplio cumplimiento por la sociedad alemana de la ley Töpfer (por el nombre de su ministro de Medio Ambiente, que ha implantado de forma masiva la recogida selectiva de residuos) ha provocado que la industria papelera alemana disponga de papel usado para reciclar a precio cero. Además, el papel usado que les sobra lo regalan a terceros países.

El Buró Internacional de la Recuperación, lobby que agrupa a los industriales del sector de los países comunitarios, ha presentado sendas denuncias ante las direcciones generales cuarta (competencia) y once (medio ambiente) de la Comisión Europea contra Alemania. Este lobby reclama sanciones contra Alemania por practicar el dumping y reclama de la CE que apruebe cuanto antes la anunciada directiva europea sobre residuos.

El Gobierno alemán subvenciona con 359 marcos la tonelada de papel usado y recuperado (unas 26 pesetas el kilogramo). "Este dinero es público, lo paga el contribuyente, pero quien se beneficia luego es la industria papelera alemana, que dispone de materia prima a valor cero que le permite poner en el mercado papel reciclado o que contiene una parte de materia prima reciclada a unos precios muy inferiores a los de los demás países de la CE", señala José María Pugés, de Papeles Allende, una de las más importantes industrias de recuperación de papel en España. La práctica de este dumping hace no rentable el papel fabricado en los demás países.

Precios irrisorios

Además, como la industria papelera alemana es incapaz de absorber todo el papel recogido en Alemania, el exceso se coloca en otros países a precio cero o incluso pagando para que se lo lleven. Se conocen casos en que importadores españoles han cobrado 5 marcos (unas 350 pesetas) por cada 100 kilogramos de papel usado que se llevan de Alemania. Una vez descontado el precio del transporte, los importadores han podido colocar el papel en España a una o una peseta y media el kilo, cinco o seis veces más barato que el papel usado nacional. Camiones que llevan frutas y verduras a Alemania y que tradicionalmente regresaban a España de vacío transportan ahora papel usado por un precio irrisorio.

Esta situación está poniendo en apuros a la industria recuperadora de residuos. En Francia, según Pugés, se llevó a cabo recientemente una jornada de huelga en la industria recuperadora para protestar por las importaciones de papel alemán. Los expertos insisten en que si el reciclado de residuos no resulta rentable para los industriales de nada sirven las recogidas selectivas que se llevan a cabo en algunos municipios.

Grandes cadenas de supermercados, que centralizaban la recogida de cajas y envases de cartón de sus distintos centros para vender el residuo a los recuperadores, han decidido tirarlo a la basura ante el hundimiento de precios.

Difícil comercialización

Unas 100.000 toneladas, entre papel y cartón usados, importó España de Alemania durante 1992, según fuentes del sector papelero. El 63% del papel español procede de materia prima recuperada (lo que supone unos 2.600 millones de toneladas de papel viejo al año, el 25% del cual ha sido siempre de importación porque la recogida selectiva está en mantillas en nuestro país). Las dificultades para comercializar el papel usado se suman a las ya existentes para otro tipo de residuos reciclables: plásticos y latas metálicas. Sólo el vidrio sigue teniendo una salida aceptable.En España y en otros países europeos se ha descubierto asimismo una práctica, mucho más discutible aunque no tan masiva, derivada también del éxito de la recogida selectiva alemana: camiones procedentes de Alemania con residuos teóricamente destinados a ser seleccionados en nuestro país terminan descargando en los vertederos públicos o privados.

En Barcelona, los industriales del papel usado pagan una peseta al Ayuntamiento por cada kilogramo de papel recogido de contenedores destinados a ese fin. Pero ante la competencia del papel alemán, los recogedores reclaman ahora cobrar en lugar de pagar, a lo que se niegan, por el momento, las administraciones locales.

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