El Gobierno argelino desencadena una operación contra el integrismo islámico
La matanza del cuartel de Bughezul, situado a 200 kilómetros al sur de Argel, y en la que murieron 23 guerrilleros integristas y 18 soldados, ha conmocionado a la opinión pública y ha cohesionado al Gobierno, que ha decidido desencadenar una "lucha implacable contra el terrorismo" y convertirla en "la prioridad nacional".
Mientras Argelia se debate entre el dolor, la policía prosigue las operaciones encaminadas a abatir al, grupo guerrillero, que el pasado 22 de marzo asaltó un cuartel del Ejército en la provincia de Medea. Según una nota de la gendarmería, 23 de los asaltantes han sido localizados y muertos, cuando intentaban replegarse hacia zonas más seguras y buscar refugio en la ciudad de Argel.La lista de los 23 guerrilleros integristas, abatidos por la policía, tras el asalto al cuartel de Bughezul permite establecer que la mayor parte de los miembros del comando son vecinos del Gran Argel, habitantes de los barrios; desheredados de Buruba, Bacharraj, El Harrach o Hussein Dey, considerados como los puntos más calientes de la capital. Otro dato elocuente es el que se desprende de un reciente informe de la gendarmería que estableció recientemente que el 80% de los activistas detenidos son personas con empleo, y entre ellos se encuentran funcionarios, empleados y profesionales liberales.
En las últimas horas otros nueve activistas han sido abatidos por las fuerzas de seguridad en diferentes puntos del país, seis de estas muertes han tenido como escenario diversas poblaciones del Gran Argel. Por su parte el tribunal especial de Constantina ha dictado otras seis penas de muerte contra activistas fundamentalistas, acusados de asesinar a dos gendarmes.
Todos estos elementos aumentan la perplejidad de los ciudadanos de Argel, que ayer comentaban la noticia del asalto al cuartel y la brutalidad con la que habían sido masacrados los 18 soldados, diéciseis de los cuales eran soldados de reemplazo, que se disponían a romper el ayuno en el último día del Ramadán. A nadie parece habérsele pasado por alto que la operación del Movimiento Islámico Armado, el brazo militar del Frente Islámico de Salvación, es una respuesta directa y clara a la movilización popular desencadenada el pasado 22 de marzo, horas antes de la operación, para protestar contra el terrorismo y el integrismo.
La matanza de Bughezul, desvelada oficialmente anteayer por la noche, provocó en los primeros momentos una oleada de rumores y el temor de una hipotética crisis gubernamental. Durante tres días la prensa vivió pendiente de los informativos de la televisión, buscando en los gestos de los dirigentes una respuestas o unos indicios que permitieran adivinar el debate interno. Por el momento nada de eso se ha producido.
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