El contrabando de petróleo se adueña de Yugoslavia al calor del embargo

La imposición del embargo internacional, incluido el embargo petrolero, ha creado en Yugoslavia (Serbia y Montenegro) una nueva fuente de riqueza: el contrabando de hidrocarburo. Ministros, directores de las empresas estatales, criminales convertidos en banqueros y combatientes por la causa nacional serbia no han resistido la atracción del petromarco: un litro de petróleo se consigue en 40 o 50 pfening (unas 30 pesetas) y se vende entre 1,5 o 2 marcos (entre 100 y 150 pesetas).Dos ministros de Comercio serbio, Sava Vlajkovic (del Gobierno anterior) y Velimir Mihajlovic (del actual), están en la cárcel. Cobraban comisiones a los importadores de petróleo y se apropiaron de 1,5 millones de marcos (más de 100 millones de pesetas).

El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, dijo que el embargo era estimulante para el espíritu empresarial. Tenía razón: estimuló la imaginación de sus ministros para desviar el petróleo donado para el uso humanitario hacia las gasolineras privadas, vender azúcar, aceite y maíz, que escasean en las tiendas serbias, y abrir cuentas en bancos de Chipre, Suiza e Inglaterra. Gracias a la mafia, la población ha podido comprar gasolina y otros productos importados a pesar de las sanciones.

Bancos privados

Jezdimir Vasiljevic y Dafina Milanovic, personajes de pasado dudoso y dueños de los bancos privados, con tasas de interés exorbitantes -entre un 10% y un 15% mensual para el depósito en divisas- financiaron la campaña política del Partido Socialista Serbio y concedieron dinero al Estado para pagar pensiones. Millones de ciudadanos han sobrevivido a la crisis y a la inflación gracias a los intereses de los bancos privados. Vasiljevic huyó hace tres semanas a Israel con el dinero de los ahorradores, tras acusar al Gobierno yugoslavo de cobrar comisiones. El Gobierno montenegrino le confiscó 63.000 toneladas de petróleo.Dafina Milanovic asegura a sus millones de ahorradores que las bases de su Dafiment Banka son firmes. "No iré a ninguna parte". Dafina controla también la venta del petróleo, soborna a los aduaneros para importar el hidrocarburo y exportar millones de marcos en líquido.

La lista de los implicados en la compraventa del petróleo no incluye a los políticos serbios en Krajina y Bosnia. Pero los principales defensores de los intereses serbios en Bosnia se han trasladado a lujosas casas en Belgrado desde donde denuncian el genocidio contra su comunidad. Nadie sabe quién financia su estancia en la capital serbia.