El Gobierno de Bélgica cierra la crisis presupuestaria

El primer ministro belga, el socialcristiano Jean-Luc Deahaene, cerró ayer la crisis de gobierno abierta hace una semana, con un acuerdo sobre el presupuesto que significa ahorrar los 110 millones de francos (374.000 millones de pesetas) necesarios para seguir cumpliendo con el camino de convergencia marcado por el Tratado de Maastricht.Algunas mejoras en la recaudación fiscal y unos ingresos más afinados en concepto de privatizaciones de empresas públicas permitirán el recorte sin tocar los intereses de ninguno de los partidos coaligados: los cristianos y sus asignaciones familiares, los socialistas y su apego a los salarios indexados con el coste de la vida, y los socialcristianos flamencos, que no desean un aumento de impuestos.

Una vez que Dehaene, en funciones de moderador entre las fuerzas políticas, ha recompuesto las cifras del presupuesto, el rey Balduino ha rechazado formalmente la dimisión que le había presentado el primer ministro hace una semana y que había sido pospuesta en espera de los resultados de la mediación. La crisis ha quedado cerrada, aparentemente sin mayores desgastes, y el fantasma de unas elecciones anticipadas, que todos temen y sólo los liberales desean, ha quedado por el momento conjurado.