La Escuela de Arquitectura cree que reformar la plaza de Oriente afecta a la seguridad del palacio
La Escuela de Arquitectura de Madrid ha planteado la inviabilidad económica del proyecto de reforma de la plaza de Oriente -hasta ahora, el Ayuntamiento ha fijado una inversión de 5.000 millones de pesetas- si se tomasen todas las precauciones necesarias para evitar dañar al palacio Real. El arquitecto Rafael Moneo ha planteado que remover el subsuelo de la plaza y de la calle de Bailén puede ser "una bomba de relojería" para el palacio. Las perforaciones y vibraciones de una obra de tales dimensiones afectarán a la seguridad del resto de las construcciones vecinas, como el convento de la Encarnación.
La reforma de la plaza de Oriente, proyecto bandera del gobierno municipal del PP para 1993, ha recibido en los últimos días juicios muy críticos de los expertos, alarmados ante las repercusiones que tendrá actuar en un subsuelo muy sensible y complicado.La dirección de la Escuela de Arquitectura ha elaborado un informe en el que afirma: "Es altamente improbable que obras como la que se proyecta no afecten al entorno". El palacio de Oriente, recuerdan, está construido en el borde de la cornisa que se inclina hacia el río Manzanares, "en una situación especialmente crítica, y su fábrica de pesada sillería hace que su tolerancia sea muy escasa y menor que la de los edificios de estructura de hormigón.
Ricardo Aroca, director de la Escuela de Arquitectura, aventura que, en caso de agrietarse, no sólo sería costosísima su reparación, sino casi imposible sin afectar a la estética de sus alineaciones.
Tanto más grave resulta el hecho de que levantar un muro pantalla a escasos metros del palacio colapse la evacuación natural de las aguas subterráneas. La barrera de hormigón interceptará "el importante flujo natural del arroyo subterráneo que sigue la calle del Areqal y pasa bajo el Teatro de la Opera". En este punto advierten que el agua embalsada corromperá los cimientos de los edificios del entorno.
Ramón Guerra, arquitecto e historiador que colabora con el Patrimonio Nacional, ha expresado su temor a que se hunda el convento de la Encarnación, obra del arquitecto neoclásico Ventura Rodríguez.
La dirección de la Escuela de Arquitectura señala que todos estos problemas tienen solución, más o menos costosa o complicada, pero plantean una duda: "Ignoramos si la posibilidad de estas actuaciones complicadas está siendo contemplada por nuestro Ayuntamiento, tan habituado a adjudicaciones a la baja, mediante concursos en los que, con frecuencia, el proyecto es elaborado por el propio contratista con planteamientos de competencia económica y rentabilidad.
Atraer más coches
La Escuela de Arquitectura supone que no se escatimarán gastos para tener la máxima seguridad que la técnica puede proporcionar, "lo que tal vez desvíe considerablemente la previsión económica de 5.000 millones de pesetas".El presupuesto municipal de 1993 destina 400 millones para iniciar la reforma de la plaza de Oriente, prevista para el verano si todos los plazos se cumplen. De los 5.000 millones en los que está evaluado el proyecto, 3.000 deberán salir de las arcas municipales y el resto lo aportará la empresa explotadora de las 700 plazas de aparcamiento y 80 dársenas de autobuses.
Sin embargo, el proyecto aún no está aprobado. Oriol elabora un anteproyecto del paso inferior por Bailén y dos estudios sobre infraestructura viaria y otro de circulación en la plaza.
El arquitecto Miguel de Oriol ha señalado en numerosas ocasiones que su proyecto ha previsto cualquier incidencia sobre el entorno y el palacio Real. El proyecto de Oriol resultó de nuevo derrotado en un debate público titulado Criterios de conservación: el entorno de la plaza de Oriente, celebrado el pasado jueves.
El prestigioso especialista Rafael Moneo indicó en su exposición que las obras de excavación "serán una bomba de relojería para el palacio de Oriente". Juan López Jaén, especialista en patrimonio histórico, y el también arquitecto Ignacio Linazasoro criticaron una de las principales justificaciones de la obra: su capacidad de liberar de la visión de los coches a todo el entorno. Aludieron al hecho de que la solución atraerá más tráfico a la zona, cuando la mejor solución sería desviar el tráfico rodado a itinerarios alternativos. En contra de este argumento, Oriol ha señalado en varias ocasiones que la reforma ennoblecerá la plaza de Oriente y realzará la visión de conjunto de todo el recinto.
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