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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tres hermanas

Dentro del actual resurgimiento del cine mexicano, Como agua para chocolate ocupa una posición especial. En la medida que no tiene nada que ver con el nuevo cine hecho con menos dinero y más imaginación por jóvenes directores, al ser una película cara de un irregular director veterano, pero acaparar gran cantidad de premios nacionales e internacionales.Basada en la novela homónima de la guionista Laura Esquivel, actualmente casada con el realizador Alfonso Arau, su principal defecto es que el guión, escrito por ella misma, quiere abarcar las múltiples y complejas historias narradas en la obra original, no perder sus más brillantes frases, recuperadas para el cine con una excesiva voz de fondo, dando por resultado una trama demasiado densa. Defecto que se acrecienta en la versión recientemente estrenada que tiene una duración de poco menos de dos horas frente a las casi dos horas y media del original.

Como agua para chocolate

Director: Alfonso Arau. Guionista: Laura Esquivel. Fotografía: Emmanuel Lubezki, Steve Bernstein. Música: Leo Brower. México, 1992. Intérpretes: Lumi Cavazos, Marco Leonardi, Regina Torné, Yareli Arizmendi. Estreno en Madrid: cines Fuencarral, Madrid, Rosales.

A lo largo de 25 años, desde 1910 a 1935, Como agua para chocolate narra la historia de tres hermanas dentro de lo que se ha venido a llamar realismo mágico latinoamericano. Tita, la menor, que tiene la osadía de enamorarse e intentar casarse, cuando su obligación es cuidar a su madre. Rosaura, que acaba casándose con el pretendiente de su hermana, al ser la única ocasión que tiene éste de estar a su lado. Y Gertrudis, que no duda en marcharse con uno de los hombres de la revolución, unirse a ellos y convertirse en generala. Uno de los grandes atractivos de esta historia de amores inagotables que se entienden a lo largo del tiempo, es que Tita es una excelente cocinera, no para de guisar durante toda la película y la mayoría de las cosas las arregla con comida. Lo mismo condimenta exquisitas tartas de boda que producen la nostalgia en todos los invitados, que codornices con pétalos de rosa para despertar la pasión amorosa en los comensales. Además de una amplia variedad, que va desde el roscón de reyes a las torrijas con nata. Hechos que chocan especialmente en la medida que la comida y el cine están reñidos y es muy raro encontrar una película donde se coma.

A pesar de haber sabido encontrar un ritmo rápido, a veces excesivo, para el relato, Alfonso Arau no era el director idóneo para adaptar la primera novela de Laura Esquivel. Con una larga y muy irregular trayectoria como realizador a sus espaldas, pero más conocido por su trabajo como actor, especialmente en producciones norteamericanas de ambiente mexicano, ni profundiza demasiado en lo que narra, ni sabe reflejarlo en imágenes a través de una planificación en exceso fragmentada y compuesta de demasiados primeros planos. Siempre se tiene la impresión de que con estos mismos elementos, un director más dotado podía haber llegado mucho más lejos, tanto a niveles de la pura anécdota, como del romanticismo que la rodea.

Mucha mejor mano demuestra tener Alfonso Arau para la dirección de actores, sobre todo para las múltiples que integran el reparto. Lumi Cavazos, que encarna a Tita la hermana menor, está espléndida, así como Claudette Maille, que hace de la revolucionaria Gertrudis. No se sitúa a su altura el actor italiano Marco Leonardi.

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