"El rey ha muerto, ¡viva el rey!"

Las respuestas de autores y directores del teatro español a la pregunta ¿Cuál es su diagnóstico de la situación del teatro en España?, son tan variadas como sus propias personalidades aunque, obviamente, ninguno da gritos de alegría.

Antonio Buero Vallejo (autor): "Mi diagnóstico no es bueno. Porque hay un descenso general de la cultura, que ha repercutido, tanto en los medios de comunicación impresa como en la televisión, en la desatención al teatro. Por otro lado, el alto coste de las producciones teatrales está haciendo que los empresarios cada vez se arriesguen menos".

Antonio Gala (autor): "En esta fecha se refleja el mal del teatro, que tiene como celebración un día al año, el resto de los 364 días, a no ser que sea bisiesto, no se acuerda la sociedad del teatro. Y la función para la que éste nació es ofrecer un espejo a la sociedad en el que ella elija reconocerse".

José Carlos Plaza (director del Centro Dramático Nacional): "Con crisis, en ella o sin ella, el teatro es un acto de amor que arrebata cuando consigue ese milagro de la interacción con el espectador. Es cierto que los profesionales nos descuidamos y caemos en la rutina y no sabemos adecuar nuestras propuestas a las necesidades de esta, no tan Bella pero sí Durmiente, sociedad. Es cierto que carecemos de infraestructura adecuada a las necesidades técnicas. Pero esas carencias y esa dificultad son nuestro reto".

Lluís Homar (director del Teatre Lliure): "El teatro está maltrecho, salimos de un año en el que todo parecía posible y hemos chocado con la realidad. El 92 ha sido un espejismo. Lo que ha ocurrido es que los políticos se han servido del teatro y luego, cuando ya no interesaba para sus planes y la situación era otra, lo han dejado caer de nuevo".

Albert Boadella (autor y director de Els Joglars): "Con el cine fuera de combate a causa de la saturación de películas televisivas, el teatro debería recoger la gran necesidad pública de acudir a rituales en vivo. De que eso no sea así tiene la culpa una oferta teatral mayoritariamente desfasada y sólo apta para masoquistas".

Miguel Narros (director): "Mi sector está absolutamente muerto y solo habría que decir el rey ha muerto, ¡viva el rey! Me refiero a que es de las generaciones nuevas de las que habría que esperar algo. Ellas no utilizan el teatro como un exhibicionismo tan evidente como ha ocurrido hasta ahora".