Biólogos españoles, descubren la mayor colonia mundial de focas monje en la costa sahariana
El descubrimiento de la mayor colonia de focas monje en el litoral atlántico del antiguo Sáhara español, unos 350 ejemplares en menos de 10 kilómetros de costa, arroja nuevas luces de esperanza para la supervivencia de esta especie (una de las 10 más amenazadas del planeta). El hallazgo zoológico ha sido protagonizado por los miembros de una expedición española, la Asociación para el Estudio y Conservación de la Foca Monje (ISIFER), gracias a la colaboración de las autoridades mauritanas, y previsiblemente replanteará la estrategia internacional de conservación para la foca más rara del planeta.
Cuando el pasado 13 de marzo los miembros de la expedición española de la ISIFER accedieron a la llamada cueva de Las Clavijas, en la costa atlántica sahariana, y contabilizaron durante cuatro jornadas seguidas el ir y, venir continuado de más de un centenar de focas monje (entre las cuales se observaban numerosos cachorros) comprendieron de inmediato el alcance de su hallazgo zoológico.Hasta la fecha, los efectivos mundiales de foca monje se calculaban entre 300 y 500 ejemplares supervivientes. Tras los resultados de esta expedición (que ha localizado un total de cinco cuevas-colonia en menos de 10 kilómetros de litoral prospectado), la población mundial de estos fócidos habría saltado súbitamente hasta los 650-850 individuos. Aunque siempre en peligro, las posibilidades de supervivencia de este animal emblemático de la fauna mundial (comparable en rareza al oso panda, al ciervo del Padre David o al dragón de Komodo) permitirían ahora algo más de optimismo.
Zona aislada desde 1975
La expedición, formada por los biólogos Manu San Félix, Juan, Francisco Garrido, de la universidad de Las Palmas, Esteve Grau, de la universidad de Barcelona, el doctor Luis Mariano González (del Icona), el submarinista José Martín, más un guía, saharaui, consiguió situarse en la, fachada oeste de la península de: Cabo Blanco (los acantilados de: arenisca del Aguerguer) a partir de Nuadibú (Mauritania)."En una próxima visita a la zona", explica Manu San Félix, "nuestra previsión es instalar en las cuevas de las focas unos equipos de video-registro continuo, controlados por ordenador. En la reciente expedición ha sido utilizado un sofisticado sistema GPS (de situación geográfica por satélite) para ubicar con exactitud las colonias de focas".
Esta zona de la costa atlántica sahariana ha sido muy poco visitada, especialmente a partir de 1975, cuando dejó de existir el Sáhara español, en cuyo territorio se inscribía hasta entonces. La primera noticia científica acerca de la presencia de focas monje en este litoral desértico fue proporcionada en 1932 por el ilustre explorador y arqueólogo francés Theodore Monod.
Las autoridades militares españolas en el Sáhara nunca prestaron interés a la existencia de esta auténtica joya zoológica en su jurisdicción. Si las colonias de focas sobrevivieron, fue debido a su propio aislamiento, incluso en el transcurso del conflicto regional que ha enfrentado desde 1975 a marroquíes, mauritanos y polisarios en los diferentes sectores del Sáhara occidental.
'Corredor no minado'
Las únicas fotografías de estas colonias fueron tomadas en 1945 por el científico español Eugenio Morales Agacino. En 1988, el hasta entonces mayor experto mundial en focas, el biólogo francés Didier Marchesseaux, murió cuando se dirigía precisa mente a estos enclaves al estallar bajo las ruedas de su vehículo un artefacto en la zona minada de la frontera mauritano-sahariana.La expedición española habría descubierto ahora un corredor no minado, lo que les ha permitido alcanzar sin problemas esta infrecuentada costa de las focas.
El hallazgo supondrá el re planteamiento de la estrategia mundial de conservación para la especie. Según Luis Mariano González, director del Plan Español para la Recuperación de la Foca Monje, los esfuerzos deberán concentrarse a partir de ahora en la instalación urgente de un "hospital -centro de reproducción en cautividad" de focas en la localidad mauritana de Cansado (vecina a Nuadibú).
"Hemos constatado cómo las fuertes corrientes existentes en la zona arrastran con frecuencia, hacia el Sur y las inmediaciones de Cabo Blanco, un número importante de ejemplares inmaduros, que suelen morir al no poder retornar a la colonia".
El objetivo ahora sería capturar a estos animales extraviados, concentrarlos en Cansado e in tentar su reproducción en cautividad. Se pretendería conseguir así el necesario número de animales reintroducibles en las zonas donde antaño existieron: desde la desembocadura del río Gambia (en Senegal) hasta el mar Negro, incluyendo los archipiélagos de Canarias y Madeira.
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