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Voluntad y voluntariado

Guillermo Altares

En este mundo, donde para dar cualquier paso o llevar a término un proyecto de envergadura parece que hay que contar con un respaldo de varios cientos de millones de pesetas, las revistas culturales son capaces de nacer y crecer con presupuestos que a veces no llegan a las siete cifras. Las publicaciones se mueven en tiradas cortas, con una difusión limitada y una nómina de colaboradores donde la generosidad prima sobre la cuenta corriente.La revista Raíces, una publicación dedicada a la cultura judía, consigue salir a la calle dos veces al año con un presupuesto de 800.000 pesetas por número y una tirada de 4.500 ejemplares. "Nuestro público es muy pequeño; pero está muy acotado y suele ser fiel, porque se trata de un campo en el que no hay competencia", asegura el director, Horacio Kohan. Otro de los puntos cruciales para conseguir mantener un producto de calidad con presupuestos tan bajos es que, en general, los colaboradores cobran muy poco. "Algunos hacen currículum y otros se hacen cargo de nuestras penurias".

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Para Lorenzo Gomis, se trata de "un ámbito casi clandestino, que cuenta mucho para los que están interesados, en el que el problema económico es una constante y que funciona muchas veces gracias al voluntariado", agrega el director de El Ciervo, publicación que alcanza los 5.000 ejemplares.

10 años de 'Turia'

La revista Turia le cuesta a la Diputación Provincial de Teruel y a la Diputación General de Aragón cerca de un 1,5 millones de pesetas por número, que consta de unos 1.500 ejemplares. Aquí tampoco se va a hacer rico ningún colaborador, y, sin embargo, a lo largo de sus 10 años de historia han pasado por sus páginas firmas como las de Fernando Savater, Javier Tomeo, Pedro Laín Entralgo, Agustín García Calvo, Luis Alberto de Cuenca, Fernando G. Delgado, José Luis Abellán, Francisco Ayala, Juan Luis Panero o María Zambrano.

Turia, editada por la Diputación Provincial de Teruel y la Diputación General de Aragón, celebró su décimo aniversario con la publicación, en el número de febrero, de un fragmento de un guión inédito de Luis Buñuel y Dalton Trumbo: la primera versión de Johnny cogió su fusil.

Con mayor lujo en el diseño el presupuesto de El Urogallo, refundada en 1986 por José Antonio Gabriel y Galán, está entre los 2,5 y 3 millones de pesetas. Su tirada también es un poco más alta: 12.000 ejemplares, con un 25% de suscripciones.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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