_
_
_
_

Teatros de ópera, entre la música y la política

Las administraciones españolas buscan en Europa un modelo para los centros líricos

¿Cuál es el mejor sistema de gobierno de un gran teatro de ópera? Las administraciones españolas, que pueden contar con tres grandes centros de producción (Liceo de Barcelona, Real de Madrid y Maestranza de Sevilla), buscan en otros países de Europa modelos de eficacia, tanto en el control como en la gestión. Ante la extrema politización italiana, el modelo privado del británico Covent Garden y la gigantez fagocitadora del teatro francés de la Bastilla, las instituciones españolas se inclinan por el ejemplo centroeuropeo -a grandes rasgos, un equilibrio entre el control administrativo y una dirección artística fuerte-. Precisamente, mañana se reestructuran los órganos de control del Liceo. Los principales modelos de gestión en teatros de ópera de Alemania, Austria, España, Francia, el Reino Unido e Italia se reseñan a continuación.

La relación entre las instituciones públicas y los teatros es lo que ahora está sobre el tapete en España. Se trata de un equilibrio inestable: a la necesidad de controlar unos gastos públicos considerables se contrapone la necesidad de salvaguardar la independencia artística. Una mirada al exterior ayuda a fijar modelos.

ESPAÑA

A la búsqueda del modelo ideal

En España, el primer teatro de ópera, por ahora, es el Liceo de Barcelona, con un presupuesto de 4.000 millones de pesetas aportado por el Ministerio de Cultura, la Generalitat de Cataluña, la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento. La propiedad el teatro desde su creación, en 1844, está en manos privadas. En 1980, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Sociedad de Propietarios del Liceo crearon un consorcio para garantizar la subsistencia económica de la institución con fondos públicos. Este consorcio, integrado por un patronato, se amplió en 1985 con la incorporación de la Diputación y en 1986 con la entrada del ministerio.

El consorcio del teatro, al que el director debe rendir cuentas tanto económica como artísticamente, creó en 1984 una comisión, integrada por miembros del patronato, con la intención de agilizar la gestión y el control del teatro. En 1986 se creó una comisión delegada con funciones más concretas de control directo de la gestión y con capacidad de aprobar el presupuesto y la programación. Esta comisión, que el, lunes pasado se reunió por última vez, ejercía el control sobre el director del teatro, que según los estatutos del consorcio recibe el nombre de administrador.

La dimisión en noviembre del año pasado del administrador del Liceo, Josep Maria Busquets, propició la aceleración de la reestructuración de los órganos de control y gobierno del teatro. El consorcio del Liceo, que busca con la reestructuración un mejor y mayor control del teatro, acordará mañana reducir el número de miembros del consorcio -actualmente 22 personas-, que estará formado principalmente por políticos de las instituciones que lo integran. Creará una comisión ejecutiva al estilo de los consejos de administración de las empresas, integrada por técnicos de las administraciones, y nombrará un nuevo director para el centro, Josep Caminal, ex secretario de organización de Convergéncia Democrática de Catalunya (CDC), que tendrá mayor poder de decisión que el antiguo administrador y que deberá rendir cuentas de su gestión a la comisión ejecutiva, y en última instancia al patronato del consorcio.

El futuro teatro de ópera de Madrid, el Teatro Real, actualmente en obras, se regirá casi con toda seguridad, según explicó un portavoz del Ministerio de Cultura, por un consorcio integrado por el Ministerio de Cultura, la Comunidad Autónoma de Madrid y el Ayuntamiento. El ministerio, que ha estudiado el funcionamiento de diversos teatros líricos de Europa buscando el modelo ideal para el control y la gestión del teatro de ópera de Madrid, se inclina por nombrar un director general que controle tanto el Real como el teatro de la Zarzuela. Con esta fórmula ambos teatros tendrían directores propios bajo el control del director general, que a su vez estaría controlado por el consorcio.

El teatro de la Maestranza, inaugurado en mayo de 1991, es propiedad de la Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento de Sevilla. Francisco Senra, gerente de la Orquesta Sinfónica de Sevilla, fue nombrado apoderado en diciembre del pasado año. La designación provisional de Senra, válida hasta el mes de junio, puso punto y final a una lucha entre las. tres instituciones que retrasó el nombramiento más de ocho meses.

El consorcio para la gestión y explotación del teatro de la Maestranza y salas del Arenal, formado por tres representantes de cada una de las administraciones, se encarga por el momento del control de todo el teatro. Senra, al no disponer de un presupuesto para la programación, depende del consorcio para que apruebe cada uno de los espectáculos.

ALEMANIA

Nula intromisión política

En Alemania existen 95 teatros de ópera y salas de conciertos subvencionadas por las diversas administraciones, principalmente los länder, y, en menor medida, por las ciudades. La dirección de los centros está casi siempre en manos de profesionales del mundo del arte, que firman contratos por periodos de cinco años. Todos los teatros tienen también un director ejecutivo en cargado únicamente de las cuestiones económicas, que debe rendir anualmente cuentas sobre cómo se ha gastado el presupuesto. En Alemania, la intromisión de los políticos en el funcionamiento de los diversos teatros de ópera es prácticamente nula.

Incluso en el caso de Bonn, donde el propietario formal del teatro de ópera es el municipio, la financiación procede mayoritariamente del Gobierno federal. La comisión de cultura de Bonn, compuesta por miembros de todos los partidos políticos representados en el Ayuntamiento, es la encargada de nombrar al director del teatro de ópera y de fiscalizarlo artística y económicamente. El presupuesto anual del teatro de ópera de Bonn es de 46 millones de marcos (3.266 millones de pesetas), de los que el 70% procede del Gobierno central. El land de Renania del Norte-Westfalia aporta 2,3 millones de marcos (el 5% de presupuesto) y el 25% restante se obtiene de la venta de entradas.

En Berlín, debido a la antigua división de la ciudad, hay tres teatros de óperas: Deutsche Staatsoper, Deutche Oper Berlín y Komische Oper. En todos los casos el director del teatro es elegido para un periodo de cinco anos por la comisión de cultura del Senado berlinés y tiene total libertad a la hora de realizar su trabajo. En los tres casos los teatros son propiedad del land de Berlín y sus presupuestos son parecidos, entre 70 y 80 millones de marcos anuales (entre 4.970 y 5.680 millones de pesetas).

La Bayerische Staatsoper de Múnich pertenece al Estado de Baviera. El director es nombrado por el ministro de Cultura del land; tiene libertad total en el campo artístico y está obligado a justificar sus gastos anualmente. Dispone de un presupuesto de 75 millones de marcos (5.325 millones de pesetas) procedente de las arcas del Estado de Baviera, al que hay que añadir 12 millones de marcos más (852 millones de pesetas) aportados por la ciudad de Múnich y unos 34 millones de marcos (2.414 millones de pesetas) procedentes de la venta de localidades.

AUSTRIA

El control de la opinion pública

El principal teatro de ópera de Austria es la Staatsoper de Viena, cuyo director, loan Holender, actúa de forma autónoma y soberana y constituye de por sí un centro de poder independiente controlado sólo por la opinión pública y los medios de comunicación. A pesar de que el director es nombrado para el cargo cada seis años por el ministro de Educación y Cultura, no depende de ese ministerio. Tampoco es vulnerable a presiones de partidos políticos, aunque su nombramiento se hace de acuerdo a las preferencias del Gobierno.

presupuesto anual de la Ópera de Viena es negociado en el Ministerio de Finanzas entre el secretario general de la Asociación Federal de Teatros y el Ministerio de Cultura. Tras ser aprobada por el ministro de Finanzas, el presupuesto debe ser ratificado en el Parlamento de Viena. En la temporada 1991-1992, la era de Viena tuvo un presupuesto de 771 millones de chelines austriacos (7.710 millones de pesetas), de los que 317 millones se obtuvieron a través de la venta localidades y la diferencia fue aportada por el Ministerio de Finanzas. No existe en el teatro de Ópera de Viena un control sobre decisiones artísticas del director, pero cada cinco o seis años se realiza una revisión de las transacciones financieras del teatro por el organismo controlador financiero de la república.

FRANCIA

Un único patrón y mandamás

El principal teatro de ópera de Francia es la Bastilla. Desde 1987, el frente de las Associations des Théâtres de l'Ópéra de París (ATOP) está Pierre Bergé, ex accionista principal de la casa de modas Yves Saint-Laurent, amigo personal del presidente francés, François Mitterrand, y del ministro de Cultura, Jack Lang.

Las ATOP administran la Bastilla, el Palais Garnier (antiguo teatro de ópera de París y actualmente sala para los espectáculos de danza), la Escuela de Danza y Escuela de Arte Lírico. El presupuesto total para hacer funcionar los cuatro centros es de 830 millones de francos (16.600 millones de pesetas), de los que más de (-) millones son aportados por el estado en concepto de subvención. El 52% del presupuesto sirve para pagar los salarios de las 1.250 personas (718 en la Bastilla, 530 en el Palais Garnier) de las ATOP y, las dos terceras partes del mismo las engulle la Bastilla.

Una demostración del poder absoluto que ejerce Pierre Bergé es la erradicación de la Ópera Comique, también llamada sala Favart de la ATOP. Bergé tiene un cierto derecho de veto respecto a su programación, para evitar que ensombrezca a la de la Bastilla o el Palais Garnier.

REINO UNIDO

Una sociedad privada

El principal teatro de ópera del Reino Unido es la Royal Opera House de Covent Garden, una sociedad privada de la que de penden tres compañías: la Royal Opera, el Royal Ballet y el Birmingham Royal Ballet. El control del teatro recae en un consejo formado por 13 personas, en el que tiene generosa representación el establishment social. Uno de los consejeros preside la sociedad y otro de ellos (el único con auténticos poderes ejecutivos) es el director general, actualmente el ex ejecutivo de televisión Jeremy Isaacs. Los nombramientos de presidente y director general son responsabilidad del propio consejo sin que ninguna institución política intervenga en el proceso de elección.

Toda la estructura de gestión está siendo revisada y durante este año se espera discutir un nuevo organigrama que, según fuentes de la Royal Opera House, tenderá a ser "más ágil y ejecutivo".

El presupuesto para la sección de ópera ronda los 4.200 millones de pesetas anuales, de los que el 62% procede de recursos propios. Ello explica los elevados precios de las localidades, que para la próxima temporada oscilarán entre 10.000 y 25.000 pesetas. El Ministerio del Patrimonio concede una subvención anual de 1.400 millones de pesetas.

ITALIA

Una gestión de signo político

Los principales teatros de ópera de Italia están agrupados por una ley de 1932 en una entidad de carácter estatal. El Ente Lírico agrupa a 12 teatros de ópera; todos ellos reciben subvenciones ministeriales por ley y no tienen ningún tipo de posibilidad de desvincularse de la entidad. La mayoría de los teatros de ópera son propiedad de los ayuntamientos, los cuales los subvencionan junto a las provincias.

En la década de los sesenta se creó una ley que instituyó la figura del superintendente como máximo responsable del teatro de ópera. La persona que ocupa este cargo no requiere competencia musical alguna ya que su función es la de gestionar políticamente el teatro.

La Scala de Milán es el teatro que recibe mayor subvención del Estado. El superintendente, actualmente el socialista Carlo Fontana, es elegido por un consejo de administración integrado por más de 30 personas, del que forman parte políticos, representantes de los músicos del teatro y personajes de prestigio del mundo cultural italiano. El superintendente tiene poder absoluto y sólo debe rendir cuentas de la gestión en el teatro al consejo de administración.

Este reportaje ha sido realizado por Enric González, Octavi Martí, J. M. Martí Font, Margot Molina, Lourdes Morgades y Viviane Schnitzer.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_