Otros nombres propios

El caso de El mariachi no es un síntoma aislado, y Robert Rodríguez viene acompañado de otros nombres propios. Como Víctor Núñez, cuya película Ruby in paradise resultó triunfadora en el pasado festival de Sundance. Rodada cinco años después de su primera obra, su éxito le ha permitido actualmente encontrarse envuelto ya de lleno en su próximo proyecto. O el destacado nombre del puertorriqueño Nick Gómez, que el año pasado puso en pie su película Laws of gravity con unos escasos cuatro millones de pesetas (estos presupuestos no incluyen costes de laboratorio ni de posproducción).Rodada en Nueva York, en dos semanas, cámara en mano y con actores no profesionales, Laws of gravity acierta a transmitir una electricidad comparable a la de las primeras películas de Scorsese. Es un documento desangelado pero nada tremendista, seco, y que gran parte de la crítica ha considerado la mejor película independiente del pasado año.

También en la cartelera americana ha recibido las críticas positivas más unánimes en lo que va de año la película mexicana Como agua para chocolate. Dirigida por Alfonso Arau a partir de la novela de su esposa, Laura Esquivel, la crítica de Los Angeles Times ha dicho de ella que "abre una nueva etapa del cine mexicano". Aunque probablemente lo que esto signifique es que abre, casi por primera vez, los ojos norteamericanos al cine de sus vecinos mexicanos.

Ofreciendo un producto exótico, sensual y gastronómico, Como agua para chocolate es distribuida por la cada día más poderosa compañía independiente Miramax.

El producto hispano va conquistando poco a poco los mercados minoritarios. La nota negativa ha venido a raíz de la candidatura al Oscar de Un lugar en el mundo, de Adolfo Aristarain, y su posterior anulación por considerarse que se trataba de una producción argentina y no uruguaya, país por el que había sido presentada como candidata.