Los socialistas y las AlC vuelven a sus trincheras tras dos años de tregua
La ruptura del pacto de gobierno en Canarias entre socialistas y nacionalistas pone fin a un ensayo de cohabitación entre dos concepciones antagónicas sobre la organización política de las islas. El PSOE, defensor de un Gobierno autónomo fuerte, y las Agrupaciones Independientes de Canarias, (AIC), más partidarias de un poder descentralizado en los cabildos, habían olvidado sus diferencias para gobernar con estabilidad el archipiélago. La alianza de ambos (sumaban 40 de un total de 60 diputados) fue bautizada como el pacto de hormigón, pero tenía aluminosis, según ha revelado la negociación entre Canarias y Madrid de una ley económica especial.
El PSOE, primera fuerza del Parlamento canario, con 23 diputados, y las AIC, con 17, confluyeron en el Gobierno en junio de 1991 obligados por las circunstancias, tras fracasar todos sus intentos para lograr coaliciones por separado. Hasta ese momento eran rivales profundos por hacerse con el control de las instituciones.Casi dos años después, las AIC han roto el compromiso. La moción de censura que presentaron el pasado jueves junto con las restantes fuerzas nacionalistas (Centro Canario Independiente, Iniciativa Canaria y Asamblea Majorera) trunca lo que, paradójicamente, parecía ser el Gobierno más sólido en 10 años de autonomía.
En lo que va de legislatura, las relaciones de los hasta ahora socios en el Gobierno han pasado etapas alternas de tensión y calma, referidas casi siempre a contenciosos con la Administración central. El Gobierno canario ha acordado recurrir al Tribunal Constitucional los presupuestos generales de los dos últimos ejercicios. En algo sí han coincidido el presidente regional, el socialista Jerónimo Saavedra, y el vicepresidente, Manuel Hermoso, de las AIC y candidato ahora a la presidencia: en sus criticas al Ministerio de Economía. Por contra, el Gobierno central no ha regateado esfuerzos en favor de la agricultura canaria ante la CE.
Para convivir en paz ambos partidos han tenido que desmentir reiteradamente los rumores de crisis, hasta que el pasado jueves el pacto hizo aguas, durante el debate en el Parlamento de las negociaciones sobre la ley económica. La última oferta de Madrid, conocida un día antes, es "muy positiva" según el PSOE, pero no colma las demandas de las AIC de incentivos fiscales para las empresas que se instalen en Canarias.
Esta ley es considerada por los sectores económicos y sociales del archipiélago como la tabla de salvación de las islas para los próximos años. El diagnóstico económico de Canarias se presta a diversa interpretación. Los socialistas son menos pesimistas que empresarios y nacionalistas. Estos últimos se apoyan en un reciente informe de la Consejería (le Economía y Hacienda, que advierte del riesgo de alcanzar un 36% de paro en cuatro años (frente al 22% actual) si no se adoptan medidas de choque.
El actual debate se refiere a la modificación de las bases económicas del régimen económico fiscal (REF) específico de Canarias, que data de 1972. Tras la plena integración del archipiélago en la CE, el REF (última versión de las tradiciones fiscales y económicas de las islas) ha sufrido cambios sustanciales para su adaptación a las normas comunitarias. Primero, hace un año, se aplicó la reforma fiscal, cuyo gravamen más polémico, el Impuesto General Indirecto de Canarias (IGIC, una especie de IVA canario), que entró en vigor en enero, causó la ira de los sectores económicos y abrió el camino a la actual crisis política. Los empresarios organizaron un cierre patronal en febrero contra el IGIC y el retraso de la ley económica.
La gota y la excusa
Esta ley, que contiene la otra reforma pendiente del REF, la económica, ha tardado más que la fiscal. El Gobierno canario acusó al secretario de Estado de Hacienda, Antonio Zabalza, de congelar las negociaciones, y en los últimos meses tuvo que intervenir personalmente Saavedra ante Carlos Solchaga y Felipe González para agilizarlas. Finalmente, la oferta del Ministerio de Economía ha motivado el divorcio de socialistas y nacionalistas. Para éstos últimos se trata de "la gota que rebosa el vaso"; para los primeros, es una "excusa" para romper el pacto. Un Gobierno nacionalista presidido por Manuel Hermoso, con una estrecha mayoría absoluta de 31 votos, sería una plataforma para la coalición electoral formada por las citadas fuerzas más el Partido Nacionalista Canario, que también acaban de promover la censura al PSOE en La Laguna, segundo municipio de Tenerife.El PSOE anunció ayer la presentación, con el apoyo del PP, de una moción de censura en el Cabildo de Palma para arrebatárselo a las AIC. Socialistas y nacionalistas gobernaban hasta ahora el cabildo en coalición.
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