La policía acusa de expolio a dos hermanos que intentaron donar sus valiosos hallazgos
Hace 18 meses, este diario titulaba: La memoria de Morata duerme en un establo. La memoria eran cientos de monedas, vasijas y lanzas árabes, iberas y romanas; el establo pertenecía a los hermanos Salcedo, y el sueño o la desidia siguen siendo atribuibles, según ellos, a las autoridades municipales del PP y a las regionales del PSOE, que rechazaron varias veces su ofrecimiento de donarlas para un museo. La policía les ha acusado ahora de expoliar el patrimonio artístico nacional, y sus buenas intenciones pueden toparse con multas de hasta 25 millones, incluso la privación de libertad.
De momento, el pasado miércoles, a Gregorio Salcedo le tomaron las huellas dactilares tras siete horas con la policía, de trato exquisito, según reconoce el propio agraviado.Los agentes del Grupo de Protección del Patrimonio Artístico emprendieron diligencias a raíz del artículo publicado en este periódico por posibles daños contra los objetos del Estado.
La acusación que planteó la fiscalía ante el juez de Arganda se basa en una presunta expoliación (despojo con violencia o iniquidad). "Un hombre", indicaron fuentes judiciales, "puede hacer mucho daño si un domingo, por coger una vasija o unas monedas, rompe una lápida romana. Además, a veces no interesan tanto los objetos, sino la disposición en que se encuentran enterrados".
"Si yo hubiera excavado más de 10 centímetros", se defendía ayer Emilio Salcedo, "no ya en propiedades de la Comunidad, sino en cualquier sitio, sería el primero en presentarme en la cárcel, que a mí de pequeño me educaron temiendo a la Guardia Civil".
Para demostrar que no excavaba se dirigió al olivar de un vecino, y en menos de diez minutos, pantalón de pana, zapatos negros y cinturón de cuero, rescató del olvido más de 10 piezas históricas sin remover siquiera un centímetro de tierra: "Mire: una piedra de molino" -le quitaba el barro con manos fuertes y venosas-, "y allí, vea, vea, esto puede ser la punta de una lanza". A los cinco minutos de rastrear en la arada encontraba otra reliquia: "Mire qué preciosidad, aún conserva hasta la pintura. Da gusto ver con la precisión que hacían estas cosas, sin tener ellos herramientas. A mí esto me apasiona, y si el juez dice que esto es expoliar, seguiré expoliando, y si dice que maté a Manolete, me vestiré de toro y me presentaré en la cárcel".
Qué pretende la policía
Un amigo de los dos hermanos se preguntaba ayer: ¿Qué pretende la policía, que cuando una persona encuentre un objeto histórico se calle, lo guarde o lo venda? Si los Salcedo hubieran hecho eso, en vez de ofrecerlos para un museo al alcalde, tal vez no se verían ahora acusados de expolio".El alcalde de este pueblo, situado a unos 40 kilómetros de la Puerta del Sol, Víctor Algora, del PP, declaró en su momento que no se haría cargo de la colección mientras no fuese declarada al Estado.
Los Salcedo temían que, al hacerlo, las piezas que recogieron por los olivares de su pueblo y almacenaron en un establo durante 20 años se vieran atrapadas en vitrinas fuera de Morata de Tajuña (5.000 habitantes).
A pesar de ello, Gregorio Salcedo, mecánico de profesión, habló con un representante del Instituto Arqueológico de la Comunidad para decirle que todos los objetos, desde las piedras de molino prehistóricas hasta unos gemelos del siglo XIX, quedaban a su disposición, si se comprometían a que no saliesen de su pueblo. El director del Patrimonio Cultural en la Comunidad, Miguel Ángel Castillo, expresó ayer sus razones para no hacerse cargo antes de las piezas: primero, el reportaje se publicó en septiembre de 1991 y él ocupó el cargo al mes siguiente, con lo cual "desconocía que estuviesen allí esos objetos"; segundo: "sin saber la procedencia legal de la colección, la Comunidad no puede ponerse en contacto con el ciudadano, porque cualquiera que robara unos objetos y se enterase de que se los van a quitar, llamaría antes a la Comunidad para que no lo sancionaran ni lo encarcelaran".
Ahora los objetos se encuentran en un depósito de Alcalá de Henares, a la espera de que el expediente de expropiación concluya. Si el juez determinase que su procedencia es legal, la Comunidad trataría de que la colección volviera a Tajuña.
Fuentes judiciales indicaron que los dos hermanos podrían sufrir penas muy graves si se descubriese que algunas de las piezas fueron conseguidas en excavaciones abiertas por los arqueólogos de la Comunidad.
"Los arqueólogos son quienes se llevan muchas veces a casa las cosas que encuentran", se quejaba Salcedo, "pero claro... como son don Fulano, y no Emilio Salcedo, pues no les pasa nada".
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