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Un asesor de Yeltsín estima que el presidente ignora la gravedad, de la situación política en Rusia

Pilar Bonet

Las elecciones anticipadas son el camino para superar la crisis y el problema de la falta de legitimidad del poder en Rusia, según el politólogo Andranik Migranián, miembro del Consejo Presidencial de la Federación Rusa, quien asegura que el presidente no comprende la situación. Este organismo, heredero del Consejo Consultivo ideado por Guennadi Búrbulis, ha ampliado sus filas con expertos de prestigio como Migranián, el sociólogo Borís Grushin, el demógrafo Emil Pain y el jurista Serguéi Alexeiev, ex presidente de¡ Comité de Vigilancia Constitucional de la URSS.

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En los pasillos del Gran Palacio del Kremlin, donde se celebra el Congreso de los Diputados de la Federación Rusa, Migranián habla con representantes de uno y otro grupo y elabora tácticas y estrategias para el presidente. Yeltsin puede utilizar o no las recomendaciones profesionales de Migranián, a veces muy críticas y siempre independientes. "El presidente no basa su comportamiento en los consejos de un solo grupo. Hay otros que ejercen influencia en él, antiguos ayudantes, gente de su entorno, como Mijáil Poltaranin (presidente del Centro (le Información Federal) y otros con un compromiso político", manifiesta Migranián a EL PAÍS. Estos asesores no comprenden bien la realidad política actual en Rusia e impulsan la misma línea que fracasó durante el Congreso de los Diputados Populares del pasado mes de diciembre.

"Yo no tengo compromisos políticos, no tengo nada que perder", afirma el politólogo.

Las elecciones requieren una ley electoral, claridad sobre el órgano a elegir y claridad sobre la forma -presidencial o parlamentaria- del sistema político. "Para aprobar una ley electoral hay que recurrir al sistema actual con su Congreso y su Sóviet Supremo", dice. En suma, todo un problema.

Migranián es partidario (le crear un clima favorable antes de abordar el proceso de preparación de elecciones, y, para ello, recomienda crear un Gobierno con amplia base social que durante un cierto tiempo realice una política independiente del presidente y del Parlamento.

Un Gobierno de coalición, y no uno de amplia base, donde estuvieran representados los principales grupos de influencia en la política rusa, no sería, según Migranián, un Gobierno muy eficaz, y no resolvería la crisis que debe abordarse mediante elecciones anticipadas, pero "por lo menos sería útil, pues organizaciones corno Unión Cívica o la Unidad Rusa critican al presidente, pero no asumen responsabilidad alguna en la gestión".

Migranián cree que Yeltsin puede estar ya maduro para decidirse a ampliar la base social del Gobierno, pero duda que: el presidente esté dispuesto a aceptar las elecciones anticipadas simultáneas. "No hay indicios de que el presidente quiera elecciones anticipadas, porque me parece que todavía alimenta la ilusión de que puede lograr elecciones legislativas el año próximo y elecciones presidenciales en l995". "Este cálculo aritmético es artificial", señala Migranián. "Yo creo, y comienzo a estar preocupado, que el presidente no comprende la situación actual", dice Migranián, quien atribuye el hecho a algunas de las influencias negativas que actúan sobre el presidente.

En el caso de que el presidente se decida a celebrar elecciones, "debe hacerlo inmediatamente para tener ciertas posibilidades de éxito. Si no lo hace inmediatamente, y el Sóviet Supremo decide hacer elecciones el año próximo, entonces [el presidente] tendrá muchas menos posibilidades de ser reelegido, porque la situación económica habrá empeorado tanto que toda la responsabilidad recaerá sobre él". Si los protagonistas se ponen de acuerdo, las elecciones pueden organizarse muy rápidamente.

Un último recurso

Yeltsin tiene un "último recurso": la fuerza. Migranián opina que es difícil usar la fuerza cuando no existe suficiente consenso entre las principales fuerzas de la sociedad. Las alusiones al uso de la fuerza son, a su juicio, más bien un elemento de intimidación que de uso real. No obstante, "es posible que se estén elaborando tales variantes, no puedo decirlo con seguridad". Para usar la fuerza, "debería estar claro que hay un peligro para la democracia, procedente del Congreso y del Sóviet Supremo", señala.

Las repúblicas de la Federación Rusa están adquiriendo protagonismo. Migranián cree que el presidente ha cometido "un gran error" intentando usar a las repúblicas en su enfrentamiento con el Congreso. En la declaración efectuada por las repúblicas hay una "peligrosa mina para la integración del Estado", dice Migranián, refiriéndose a un documento donde se adivina el intento de trasladar la legitimidad del Estado de la Constitución al sistema de acuerdos bilaterales entre el centro y la unidades territoriales.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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