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"La vida de Tina Modotti fue su gran obra de arte", según Betsy Cramer

La Casa de América presenta una exposición sobre la fotógrafa

La corta e intensa vida de Tina Modotti ha crea do a su alrededor un halo heroico que ha opaca do, en cierta medida, sus valores como fotógrafa. Fue actriz en el Hollywood del cine mudo y luego orientó sus esfuerzos como activista revolucionaria en Moscú y en España, durante la guerra civil. La Casa de América y la Caja de Ahorros de Asturias presenta hasta en Madrid hasta el 31 de marzo una selección de fotos de esta artista.

Tina Modotti nació en Udine, cerca de Venecia, en 1896, pero su vida estuvo marcada por la emigración hasta casi anular su nacionalidad original. Hija de una familia obrera, siguió a su padre sola, a los 16 años, hasta California, en Estados Unidos. De la mano del fotógrafo Edward Weston entra en el mundo del cine mudo en Hollywood y de la mano de él deja ese universo superficial para comprometerse con la lucha revolucionaria mexicana. Para entonces Tina ya ha empuñado su cámara hacia unas imágenes de honda carga social, que se distancian de la mirada aséptica de Weston. Crea sus propios moldes a partir de los más profundos sentimientos. Los muralistas mexicanos aprecian su obra y ella se siente cada vez más atraída por la lucha social más comprometida. Se convierte en símbolo de la izquierda mexicana y sus exposiciones se convierten en manifestaciones políticas. Después de varias detenciones, se ve forzada a huir de México y en los años treinta viaja por Berlín, Moscú, París y España, para después volver nuevamente a México. En 1942, cuando tenía 45 años, muere de manera nunca aclarada. La versión oficial dice que le dio un ataque al corazón en un taxi.

Una obra vigente

"Se suele hablar de su vida más que de su obra, pero es que su propia vida fue su máxima obra de arte", dice Betsy Cramer, una estudiosa que está terminando un libro sobreTina Modotti. "Sus fotos no han tenido hasta ahora la difusión que merecen, pero tienen la virtud de ser tan modernas en su concepción y su forma, tan nítidas, fuertes y hermosas, que conservan su vigencia y siguen siendo una muestra de su talento como fotógrafá".La dedicación de Tina Modotti a la política y a las labores sociales la alejaron de una adecuada atención a la promoción de su obra. En una época y un país como México, profundamente machista, su papel como artista no fue suficientemente valorado. "Tina no buscó nunca el protagonismo", dice Betsy Cramer. "Su caso es distinto al de las otras artistas mexicanas de la época porque ella era varias veces emigrante. Durante su exilio mexicano no hizo un archivo, y además murió muy repentinamente, por eso ha sido dificil reunir e investigar su obra".

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