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ELECCIONES EN FRANCIA

El Elíseo trenza su red de espionaje

En su libro Francia sin Mitterrand, Jean-Marie Colombani hace el balance de la larga aventura política del que todavía es el presidente de la República Francesa. "El mitterrandismo", dice Colombani, "es una técnica magistral de conquista del poder. Es como el cuco: hace su nido político en el Partido Socialista sin ser socialista, su nido ideológico en el marxismo y luego en el liberalisino". Una, vez en el poder, añade Colombani, Mitterrand "no ha cesado de reforzar el modelo monárquico, ha sacralizado la función presidencial y ha multiplicado los privilegios de la corte". Es lo que Revel llama "el absolutismo ineficaz".Como el monarca republicano no piensa ocupar sus últimos dos años en el Elíseo limitándosea jugar al golf, ya ha organizado su sistema de defensa para la cohitación. Mitterrand piensa ejercer "una magistratura arbitral y protectora", y a tal efecto ha trenzado y arrojado sus propias redes de espionaje y comunicación. En 1986-1988 su principal problema fue la falta de información. El Gobierno de derechas, según una fórmula de la época, "cortó el gas, el agua y la electricidad" al Elíseo.

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Cordón umbilical

Michel Vauzelle, ministro de Justicia, Hubert Védrine, secretario general de la presidencia, y Jean-Louis Bianco, actual ministro del Equipamiento, son los jefes de la orquesta mitterrandiana. En todos los sectores de la economía, en todos los puestos claves de la Administración, en los ministerios de Defensa y Exteriores, en los medios políticos y profesionales, esos tres hombres han colocado los radares del presidente. Son un centenar de personas bien situadas que informan directamente al Elíseo y constituyen su cordón umbilical con la realidad.Mitterrand también ha hecho instalar en el Elíseo una sucursal informática del sistema de cifra del Quai d'Orsay. Todo despacho diplomático dirigido al Ministerio de Exteriores llega ahora al mismo tiempo al palacio presidencial. Algo semejante ocurre con las comunicaciones de Defensa. El Elíseo tiene conexión directa con el Centro Operacional de los Ejércitos, del bulevar Saint-Germain, donde se recogen todas las informaciones de los servicios secretos militares. Mitterrand no quiere que se repita lo ocurrido en 1988, cuando se enteró tarde de la liberación de los rehenes franceses en Líbano.

El presidente parte del principio de que ya no puede contar con el PS para enterarse de lo que ocurre en Francia, por eso ha puesto en pie un equipo de una decena de mensajeros personales, que incluye a Jean Musitelli, actual portavoz, del Elíseo, y a varias personas que perderán en breve sus carteras ministeriales: Vauzelle, Bianco, Jack Lang, Elisabeth Guigou, Roland Dumas y Bernard Kouchner. Al monarca no le faltarán ni las orejas ni los altavoces.

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