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Maragall lanza una ofensiva para contrarrestar la hegemonía de Pujol entre el empresariado

El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, ha lanzado una ofensiva para contrarrestar la hegemonía del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, entre el empresariado catalán. Con una serie de contactosrecientes con los grandes patronos, el alcalde de Barcelona intenta romper el aislamiento del socialismo catalán con respecto al mundo económico. Su mensaje a la burguesía industrial, en tanto que capa dominante de la sociedad civil catalana, asumela representación de intereses concretos ante el poder. Los exportadores, algunas asociaciones sectoriales -farmacia, informática, logística, entre otras-, y la gran empresa familiar, son el centro de la estrategia desplegada por el dirigente socialista.

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La refundación por la descentralización

En la amalgama de relaciones que concatenan el mundo económico y la actividad política, el papel de los empresarios aparece de nuevo como el centro de una disputa fundamental en la que se dirime la sucesión de la hegemonía social del pujolismo.Para el mundo empresarial, "hoy resulta prioritario el restablecimiento de la unidad de acción de la clase industrial de Barcelona como centro del tejido productivo catalán", a la hora de superar cierto vacío provocado por la quiebra momentánea del liderato ejercido en los últimos años desde los círculos nacionalistas, en especial por el equipo económico (le Miquel Roca -portavoz de Minoría Catalana en el Congreso- inmerso ahora en la crisis de CDC. Los medios económicos consultados por este diario destacan la importancia que tiene para ellos la defensa de los intereses de la economía real ante el Estado.

Algunos grandes exponentes de la empresa familiar -José Felipe Bertran (Grupo Bertran), José Manuel Lara (Planeta), Josep Maria Serra Farré (Catalana de Occidente) y Leopoldo Rodés (Banco del Progreso)- reconocen explícitamente su buena relación con el vicepresidente del Gobierno" Narcís Serra, "el político que más nos ha entendido".

Maragall, por su parte, pugna por romper el cordón (le desconfianzas que separa a los círculos socialistas del entramado que conforma la estructura de la propiedad de la industria catalana, tras el fracaso relativo del PSC, que no ha conseguido concretar los esfuerzos desplegados en esta línea por su primer secretario, Raimon Obiols.

Al respecto, resulta sintomática la nula pasión que han despertado entre los empresarios las reuniones con el ministro de Economía, Carlos Solchaga, auspiciadas en los últimos años por la dirección (le los socialistas catalanes y el escaso eco obtenido en otras relaciones similares convocadas por el PSC. Los industriales, en cambio, destacan el interés creativo de la dialéctica con el poder cuando se materializa a través de foros civiles como, por ejemplo, las Reuniones Costa Brava, patrocinadas por el Círculo de Economía.

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Mercenazgo

Algunas de las opiniones más autorizadas en relación con la ronda de conversaciones sostenida por Maragall, explican que el buceo empresarial del alcalde de Barcelona quiere cerrar la herida abierta por el Ayuntamiento de la ciudad en los círculos más granados de la clase empresarial cuando a finales del año pasado el concejal de cultura, Oriol Bohigas, responsabilizó a la iniciativa privada del escaso peso que mantiene en el patrocinio de las actividades culturales de la ciudad, como el Consorcio del Liceo o el Museo de Arte Contemporáneo, entre otras. El llamado informe Bohigas, erosionando la imagen de Maragall, reavivó una polémica siempre latente entre las administraciones y la clase social resultante histórica de lo que fue una burguesía emprendedora y abanderada del mecenazgo. Ahora Maragall, en su empeño por refundar el consenso político catalán sobre el eje socialista, "intenta recuperar la confianza de los empresarios para superar el desánimo posolímpico agudizado por un entorno de crisis económica", según coinciden diversos medios.

Coaliciones y sociedad civil

Ante los empresarios, el alcalde de Barcelona ha venido reiterando la importancia del desarrollo de las coaliciones de agentes sociales "más allá de los corporativismos sectoriales, como se ha visto en el Plan Estratégico Barcelona 2000". El Ayuntamiento destaca en este sentido el logro de la creación de la sociedad Barcelona 92, participada por la empresa municipal Iniciatives, SA y por Gisa -el holding de infraestructuras viarias de la Generalitat-, crucial para la imagen internacional de la ciudad y en la que Jordi Mercader, ex presidente del INI, "desempeñará un papel relevante", según el propio Maragall.El peso de las asociaciones sectoriales en las cuencas industriales del cinturón de Barcelona puede disminuir por el "desgaste que produce en parte la política territorial de la Generalitat, señalan algunos medios. Es más fácil identificar Cataluña que la Barcelona ciudad de hoy, debido básicamente a que "el espacio territorial del área metropolitana no tiene un reconocimiento correcto", subrayan. En su reunión con Maragall, los representantes más genuinos de núcleos familiares de las grandes empresas de la industria y los servicios, representativos de casi un centener de empresas españolas, que generan más del 5% del PIB nacional (seis billones de pesetas en facturación), destacaron su actividad como lobby, resaltando paralelamente el "riesgo de huida de empresas del cinturón industrial de Barcelona para situarse en zonas con menor presión fiscal".

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