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Muere Tony Bland, el joven británico que estaba en coma desde 1989

El joven británico de 22 años, Tony Bland, murió la noche del miércoles en el hospital de Airedale, Keighley, centro de Inglaterra, donde había permanecido en estado vegetativo permanente desde hace cuatro años. Su muerte representa una victoria legal para sus padres, Allan y Barbara, que llevaban más de 12 meses defendiendo en los tribunales el derecho de su hijo a morir con dignidad.Una circular del hospital informó previamente que el pasado 22 de febrero se suspendió el sistema de alimentación artificial a Bland con vida, aunque inconsciente. Su médico de cabecera, el doctor Howe, aseguró que la víctima no murió de inanición sino de un fallo en los riñones. Según parece, su muerte fue suave, evitando mayores sufrimientos a los padres o enfermeras que lo cuidaban. "Los señores Bland se sienten muy aliviados", aseguró una enfermera.

" Es muy triste ver que la vida de una persona llega a su fin, pero la vida de Bland concluyó realmente hace cuatro años en el estadio de Hillsborough, Sheffield", señaló ayer uno de los médicos que atendió al joven.

Desastre de Hillsborough

Bland es una víctima más del desastre de Hillsborough en el que otras 94 personas murieron en el acto aplastadas por los cuerpos del resto de los hinchas de fútbol. La tragedia ocurrió el 15 de abril de 1989, minutos antes del comienzo del partido de Liga entre los equipos de Liverpool y Nottingham Forest. Las gradas cedieron debido al excesivo número de gente que accedió a las mismas provocando uno de los peores desastres del fútbol británico. Los cuerpos de los hinchas fueron aplastados unos contra otros, mientras que otro puñado de gente murió de asfixia junto a las barras de seguridad que separaban las gradas del campo.Los médicos describieron el estado vegetativo de Bland como "despierto pero inconsciente", motivado por una falta de oxígeno en el cerebro durante el tiempo que permaneció aplastado en las gradas de Hillsborough. Bland nunca recobró el conocimiento y, aunque respiraba, su vida estaba ligada a un sistema de ventilación artificial. El año pasado sus padres decidieron poner punto final a una agonía que les impedía despedirse definitivamente de su hijo.

El equipo médico de Airedale fue advertido, sin embargo, que podría enfrentarse a una demanda por asesinato u homicidio que cortaban los tubos de alimentación y medicamentos que mantenían al joven en estado vegetativo. Con el respaldo de los médicos, la familia Bland acudió a los tribunales el año pasado.

Este primer caso sobre el derecho a morir que se conoce en el Reino Unido, pasó por dos tribunales superiores y finalmente, por el Tribunal de Apelación de la Cámara de los Lores que se pronunció a favor del deseo de los padres. El debate se ceñía en torno a la cuestión sobre si el sistema de alimentación artificial se considera tratamiento médico.

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