Todo por la ecología

Estoy convencido de que hasta que no llegue el momento en que los poderosos y gobernantes mundiales no empiecen a caer asfixiados al respirar o envenenados al beber agua embotellada allá en sus mansiones de campo no se empezará a tomar medidas serias y drásticas en pro de la ecología y el medio ambiente. Todo lo que se ha hecho es, evidentemente, insuficiente, poco eficaz o inútil. Sugiero, pues, humildemente -e insisto en lo de humildemente, porque no sería raro que saliera por ahí algún licenciado con denominación de origen o un sabihondo con marchamo tachándome de ser un profeta o salvador más- la siguiente idea: ¿por qué no premiar a los colectivos (pueblos, comarcas, etcétera) que hagan algo meritorio en beneficio de la naturaleza con, por ejemplo exenciones tributarías, ayudas económicas para las mejoras más urgentes del lugar, etcétera, dignificando además honoríficamente a ese pueblo o comarca ante la nación como ejemplo a, seguir?Medidas parecidas podrían adoptarse con personas que llevasen a cabo tales acciones de forma particular. Y, yendo más allá, ¿no sería éste también el buen camino para hacer desaparecer, con compromisos de compensaciones, esas ferias en que el motivo principal es divertirse con el sufrimiento y la tortura de los animales?-