Protestas en Baviera por la siembra de remolacha alterada genéticamente
Los adversarios de la ingeniería genética iniciaron ayer en Alemania un nuevo intento de impedir la siembra de remolacha manipulada por ingeniería genética. Se trata de semillas en las que se han injertado tres genes, uno de ellos para hacerlas resistentes a un virus que en 1992 destruyó cosechas, sobre todo en Baviera. Los otros dos genes intentan introducir resistencia contra herbicidas y otros productos químicos.
Probada sólo en laboratorio, la semilla alterada debe demostrar su utilidad en condiciones naturales, para lo que se preparan sembrados en un campo contaminado con el virus, en Baviera, y en otro terreno sin contagios en el norte. La siembra, para antes de abril en la localidad bávara de Plattling, ha provocado reparos en casi 8.000 ciudadanos, que comenzaron ayer a plantearlos en sesiones públicas.
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