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La policía de Colombia impide salir del país a dos hijos del 'narco' Escobar

Las autoridades de emigración del aeropuerto internacional José María Córdoba de Medellín impidieron ayer la salida del país a Manuela y Juan Pablo Escobar Henao, hijos del narcotraficante Pablo Escobar, porque carecían de una autorización escrita de sus padres para viajar al extranjero.

Manuela y Juan Pablo, de 9 y 15 años respectivamente, tenían previsto embarcar en el vuelo 060 de Avianca, con destino a Miami, Estados Unidos. Tenían visado para entrar en Estados Unidos y sobre ellos no pesa ningún cargo judicial, pero carecían de una autorización, registrada en notaría, de su padre Pablo Escobar Gaviria, jefe del cártel de Medellín, prófugo de la justicia y ahora líder del grupo armado Antioquia Rebelde.

"Un impedimento de carácter meramente administrativo" les impide viajar al exterior, según explicó ayer un portavoz del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), un organismo de información. Según las leyes colombianas, todo menor de 18 años que salga del país debe tener permiso de sus progenitores.

"Dispuesto a entregarse"

Es de presumir que lo que Escobar pretende en estos momentos es separar a su familia de esa caldera del diablo, en que él y sus enemigos han convertido Medellín. El fallido viaje de los hijos de Escobar es síntoma evidente de la desesperación en que se encuentra el narcotraficante. Juan Pablo dijo ayer: "Mi padre está completamente dispuesto a entregarse. El que no está dispuesto es el Gobierno".A la persecución de que es objeto Escobar desde hace siete meses por parte del Bloque de Búsqueda, como se denomina al contingente de l.500 soldados y policías de la fuerza élite, con apoyo de la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA), se suma el asedio de la organización paramilitar Perseguidos de Pablo Escobar (PPP), que desde hace tres semanas ha perpetrado varios atentados contra fincas y propiedades del narcotraficante. El pasado 31 de enero los pepes prometieron "el aniquilamiento total de Pablo Escobar, sus secuaces, colaboradores y bienes".

De momento los pepes han destruido cinco fincas de recreo propiedad de la madre de Escobar, Herminda Gaviria, y de su esposa, María Victoria Henao. La residencia de su cñada, Luz Marina Henao, en el lujoso barrio de El Poblado, y un taller de cerámica de su propiedad en la periferia de la ciudad han sido incendiados.

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También han destruido la colección de automóviles, bicicletas clásicas y obras de arte que se almacenaban en una bodega desde 1987, cuando un atentado atribuido al cartel de Calí destruyó parcialmente el edificio Mónaco en el centro de Medellín, donde residía la familia de Escobar. Siete automóviles Roll Royce, dos Porches, un Mercedes Benz deportivo, seis motocicletas y ocho bicicletas quedaron convertidas en chatarra. Pinturas de Picasso y de los colombianos Fernando Botero y Alejandro Obregón, fueron reducidas a cenizas.

Los pepes están cumpliendo la sentencia que han dictado contra Escobar para "hacerle saborear en carne propia sus mismos métodos de lucha".

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