Aranda y Camus ruedan la historia de dos dramáticos triángulos amorosos

Victoria Abril y Carmen Maura, las dos actrices más reconocidas del cine español actual, son el centro de los dos dramas sentimentales que narran Intruso y Sombras en una batalla, las películas que ahora mismo ruedan Vicente Aranda y Mario Camus, respectivamente. Victoria Abril interpreta a una sofisticada burguesa que tiene que elegir entre Imanol Arias y Antonio Valero. Carmen Maura es una veterinaria con un comprometido pasado político en cuyo camino se cruzan Joaquim de Almeida y Fernando Valverde. Ambas se enfrentan a los conflictos de un triángulo amoroso.

Un lujoso chalé de las afueras de Madrid cobija del frío a los intérpretes y al equipo de Intruso, cuya filmación -con un presupuesto de 240 millones- comenzó a finales de enero. Mientras, el rodaje de Sombras en una batalla transcurre en Gáname, un páramo zamorano donde conviven 17 familias, la mayoría dedicadas a la ganadería. "Esta mujer se parece más a mí que las que estoy acostumbrada a interpretar", dice Carmen Maura caracterizada de veterinaria: sin tacones, apenas maquillada y vestida con vaqueros, botas y una trenka. "La verdad es que es muy difícil intentar controlarme, ser seca, triste y no hacer mis gracias habituales", añade la actriz, de 45 años, que trabaja por primera vez con el director de La colmena y Los santos inocentes.En Madrid, Victoria Abril -con un camisón que parece un vestido de noche, cubierta por un moderno abrigo de visón morado y con unas lujosas gafas de sol- explica su personaje en la película de Aranda, un director que repite por novena vez con la actriz, de 33 anos, a la que descubrió hace 17 y a la que ha logrado convertir en una de las pocas estrellas del cine español. "Es una, mujer burbuja", dice Abril sobre su personaje, "con un profundo desconocimiento de sí misma, que actúa por impulsos cerebrales". "Es una cuentista", añade la actriz, que interpreta a una mujer que. "por caridad" recoge de la calle a su ex marido, Imanol Arias, un hombre enfermo que regresa después de 15 años a su país, de donde huyó para alejarse de esa mujer a la que amaba y del hombre que se la quitó, su mejor amigo.

Mario Camus, de 60 años, comenzó el pasado 1 de febrero el rodaje de Sombras en una batalla, que tiene un presupuesto de 200 millones, y terminará a principios de marzo. "La protagonista es una mujer que ha elegido este lugar porque quiere huir de su pasado duro y cruel. Vive con su hija de 12 años y cerca de ellas está su mejor amigo, un colega veterinario. Son una familia".

"Un día", añade el director santanderino, "llega el personaje interpretado por Joaquim de Almeida [un mercenario asesino de terroristas] y el pasado vuelve a llamar a la puerta de la mujer". "En definitiva, un pretexto para contar una historia de amor y una historia de la España de hoy", continúa Camus,, que, vestido prácticamente igual que sus personajes -botas, trenka y vaqueros-, dirige una escena en la que Carmen Maura se encuentra en un camino sin asfaltar y cercado por muros de piedras.