La justicia italiana investiga las cuentas del PSI en Suiza y Luxemburgo
Una comisión de magistrados de Milán inició ayer en Ginebra la búsqueda de cuentas bancarias ocultas del Partido Socialista Italiano (PSI), sobre cuya existencia han surgido indicios en Suiza, Luxemburgo y Singapur. Estas gestiones se verán probablemente facilitadas por la detención de Silvano Larini, el hombre de confianza para estos temas del secretario general socia lista, Bettino Craxi. Larini se entregó, el pasado domingo, previo acuerdo con la Justicia, en la frontera franco-italiana de Ventimiglia.
De 55 años, arquitecto, aunque más por estudios que por profesión pues en la actualidad se jactaba de navegar al menos la mitad del año; notable play-boy familiarizado con el gotha de la sangre azul y el dinero a través de pequeños paraísos privados, como la isla corsa del Caballo; amigo personal de Craxi desde la juventud, y su socio inicial en la compra de la villa tunecina de: éste, Larini estaba siendo interrogado ayer en una cárcel más secreta que la de Totó Riina, el gran capo mafioso.Ello da idea del gran valor que los fiscales atribuyen a su detención, tras una fuga de 9 meses, y de la mucha información que esperan que aporte a las investigaciones sobre la financiación oculta de los partidos políticos.
Según indicios ya expuestos por los magistrados, Larini fue durante la última década el recaudador de las comisiones percibidas por el partido socialista en Milán en el sector de los transportes públicos, que, con obras tan importantes como la ampliación del metro, representaban supuestamente cerca de un 25% del total de fondos negros percibidos.
Larini es, además, el presunto titular de cuentas extranjeras del partido socialista, como la abierta en la Unión de Bancos Suizos (UEIS) de Lugano, sobre la que ayer fue interrogado en Ginebra Fiorio Fiorini, ex dirigente del grupo estatal italiano Enel y ex socio del controvertido financiero Giancarlo Parretti.
Fondos negros
También por Singapur circularon supuestamente fondos negros del PSI, según ha confesado Valerio Bitetti, consejero del grupo eléctrico ya citado, que dice haber sido designado por Craxi y afirma que, para el cobro de una comisión relacionada con la construcción de una central, su partido le facilitó el número de una cuenta en el citado paraíso fiscal del Sureste asiático.
Los magistrados milaneses miran asimismo a Luxemburgo, porque una serie de sociedades allí inscritas relacionan a Mauro Giallombardo, secretario personal de Craxi, con algunos grandes empresarios amigos de éste, como el constructor Salvatore Ligresti o el modisto Trussardi.
Un testigo, cuyo nombre se mantiene secreto, ha hablado de otras cuentas suizas vinculadas a la financiación ilegal de los democristianos. Todo ello ha hecho que los fiscales sospechen que una parte sustancial de las comisiones por adjudicaciones de obras y de servicios se cobraban directamente en el extranjero.
A través de la presunta cuenta suiza de Larini que ayer se investigaba en Ginebra circularon pagos de personajes como el fallecido presidente del Banco Ambrosiano, Roberto Calvi, y del jefe de la logia masónica P-2, Licio Gelli.
La entrega de Larini coincide, además, con una semana decisiva para el PSI, ya que el próximo jueves se reúne la asamblea del partido que debería decidir la sucesión de Bettino Craxi.
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