_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Retrato de una desconocida

Casi una diosa

De Jaime Salom. Intérpretes: Carmen Elías, Eusebio Poncela, Carlos Hipólito, Helio Pedregal. Escenografía y vestuario: Andrea d'Odorico. Dirección: Miguel Narros,

Teatro Bellas Artes, 4 de febrero.

Tengo a Gala (Dalí) encerrada en la torre de las mujeres odiosas, con algunas más: bastantes de su época y de su ámbito, y no pocas rusas. Mujeres fuertes para genios débiles, como fueron generalmente los surrealistas de París: dominantes, avaras, dictadoras, explotadoras. Ésta, al menos, no era fría, pero gastó en mozos el dinero de sus genios: hay quien dice que sin ella Dalí hubiese trabajado menos -probablemente-, y quien cree que hubiera trabajado mejor. No es machismo: tengo también hombres encerrados -en torre aparte, por supuesto- por comportamientos parecidos con las mujeres. Y con otros hombres.Sin embargo, viendo el resultado del trabajo de Jaime Salom y su encarnación por Carmen Elías, me inclino un poco más hacia ella y su ambiente, creados por Andrea d'Odorico y Miguel Narros. La obra no es biográfica, hay rasgos documentales bien estudiados -no es la primera vez que Salom trabaja este género-, hay citas literales y literarias bien manejadas y tiene un aire de crónica.

Boceto de Gala

Sin embargo, son tantas las cosas que elude -la política, las luchas interiores del surrealismo, las guerras que pasan con apenas una referencia, los personajes clave y la clave de los personajes masculinos- mientras insiste en otras -sobre todo las libertades y ansiedades sexuales-, que, con tantas verdades, lo único que hace es un boceto de Gala: personaje naturalmente trascendental y único en su tiempo, pero tratado muy amistosamente. Hace muy bien: está en su derecho, y yo en el mío de interesarme por la obra y dejar a Gala en la torre de las castigadas. Como también está en su derecho de presentar la breve narración y la importante documentación literaria -a la que deja soldada su propia prosa, naturalmente- en momentos sueltos, con saltos de tiempo, con impresionismo.

Queda dicho que Carmen Elías compone la figura con la misma benevolencia y que le da una magia que probablemente no es la de la retratada, pero sí la de la actriz; se puede añadir que Eusebio Poncela compone casi milagrosamente un personaje imposible, que es el de Salvador Dalí: no deja de remedar su locura cotidiana, sus tics y la caricatura de sí mismo en que se convirtió, pero tampoco deja de hacer un personaje verdaderamente útil, dentro de la posible realidad; y Helio Pedregal tiene un papel múltiple para ayudar a la acción, en el que frecuentemente es Luis Buñuel -y el secretario de la señora, y el padre-, y tampoco se pasa ni se escatima; y Carlos Hipólito hace un Paul Eluard muy convincente de figura, delgado y elegante, y triste: si le falta carne es porque el autor ha ido a poner más en los otros personajes. En todo se reconoce la mano maestra de Narros.

Los espectadores se reían con Dalí, y con la avaricia de Gala (de Eluard, la mayoría no tenía gran idea) sobre las anécdotas conocidas de la avaricia y las escenas del disparate: es decir, que recogían los arquetipos de las historias que el autor no escatima. Los estrenos de Narros y sus muchachos son siempre estruendosos en los aplausos, y éste tampoco falló y hubo aclamaciones para todos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_