Clinton se niega a presionar a los musulmanes para que acepten el plan de paz de Ginebra

El presidente norteamericano, Bill Clinton, lanzó ayer un verdadero jarro de agua fría sobre los esfuerzos pacificadores de Cyrus Vance y David Owen al anunciar que Estados Unidos no tenía intención de presionar "por el momento" a la comunidad musulmana para que acepte el plan de paz para Bosnia. Clinton elogió los esfuerzos de los dos mediadores, pero no descartó la posibilidad de que el Gobierno norteamericano presente en los próximos días su propia iniciativa de paz. "Todas las opciones están abiertas", dijo. Los negociadores Cyrus Vance y David Owen prosiguieron ayer sus contactos en Nueva York.

Los copresidentes de la conferencia de paz de Ginebra se reunieron con todas las partes implicadas en el conflicto de la ex república yugoslava de Bosnia-Herzegovina, pero el destino de las conversaciones parece en estos momentos pendiente de Estados Unidos.En su primera comparecencia ante la prensa junto a un gobernante extranjero, -el primer ministro de Canadá, Brian Mulroney-, el presidente norteamericano declaró que "por el momento, Estados Unidos es reacio a imponer un acuerdo a las partes que no aceptan ese acuerdo". Vance y Owen trasladaron esta semana su misión de paz a Nueva York con objeto de crear mayor presión sobre el Gobierno de Estados Unidos, cuya actuación consideran imprescindible para que la comunidad musulmana bosnia termine por aceptar el plan de paz que hasta el momento rechaza.

Fuentes de la Administración norteamericana han comentado que el presidente Bill Clinton quiere introducir en ese plan algunas modificaciones que lo hagan más ventajoso para la minoría musulmana de Bosnia.

Las negociaciones en la sede da las Naciones Unidas se llevan a cabo sin calendario preciso ni convocatoria formal. Vance y Owen se han reunido en los dos últimos días con los representantes croatas, serbios y musulmanes bosnios, así como con los miembros permanentes y no permanentes del Consejo de Seguridad. Pero nadie cree conveniente la convocatoria de una sesión formal de la conferencia de paz hasta conocer de manera clara la posición de Estados Unidos. El Consejo de Seguridad, que daría su respaldo al plan de paz una vez que éste quede negociado, se reunirá el próximo lunes en una sesión informal para que Vance y Owen informen a sus miembros del desarrollo de las negociaciones.

Hasta ahora, el Gobierno norteamericano ha manifestado que únicamente apoyaría el plan de Vance y Owen si lo aceptan previamente todas las partes, lo cual es decir muy poco puesto que Washington conoce el rechazo de los bosnios. Fuentes oficiales citadas por The New York Times afirmaban ayer que la Administración de Clinton está tratando de ganar un poco de tiempo para elaborar una contrapropuesta que equilibre el plan de paz en beneficio de los musulmanes. Esa contrapropuesta, que parte de la tesis de que los serbios son los agresores y los bosnios los agredidos, contempla una mayor porción del territorio para los musulmanes, así como un paquete de ayuda económica para compensar a la población.