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Londres investiga en las Malvinas atrocidades contra soldados argentinos

Dos agentes de la brigada internacional de Scotland Yard, los detectives Alec Edwards y David Shiperlee, llegaron ayer a las islas Malvinas para investigar las denuncias sobre las supuestas violaciones de la Convención de Ginebra por parte de soldados británicos durante la guerra de 1982.El Ministerio de Defensa británico ordenó la investigación después que se publicara en Londres el libro Excursión al infierno, de Vincent Bramley, que combatió como cabo en la guerra. Según Bramley, cuando terminó la batalla decisiva en el Monte Longdon, librada los días 11 y 12 de junio de 1982, algunos miembros del tercer cuerpo de paracaidistas inglés fusilaron a cuatro soldados argentinos que habían sido hechos prisioneros. Un corresponsal del periódico Daily Mail recogió la pasada semana en las islas el testimonio de algunos habitantes que añaden nuevas denuncias. De acuerdo con sus declaraciones, los oficiales ingleses ordenaron también fusilar a soldados argentinos tras la batalla de Goose Green, donde cayó en combate el coronel Jones, el oficial británico de mayor rango muerto en la guerra.

La prensa argentina reproduce versiones de fuentes británicas, que no identifica, según las cuales Scotland Yard tiene pruebas, aunque no incontrovertibles. Los dos detectives enviados a las islas no podrán avanzar más allá de los testimonios. La Embajada británica en Buenos Aires aseguró que "no habrá exhumación de cadáveres en esta etapa de la investigación".

El Gobierno argentino no ha demostrado ningún interés en investigar las denuncias, a pesar de contar con el único testimonio veraz: la declaración de un fusilado que logró sobrevivir. El sargento José óscar Carrizo fue detenido tras la batalla de Monte Longdon por dos soldados británicos que le obligaron a quitarse el correaje y la chaqueta. Uno me hizo señas de que me iba a degollar", manifestó Carrizo hace algún tiempo. "Después no sé qué pasó". Cuando Carrizo despertó tenía el uniforme lleno de sangre, llevaba un ojo colgando fuera de la órbita y de la cabeza le salía una pasta oscura.

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