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El ex jefe de Obras de la Comunidad admite entre sollozos que Atocha rehabilitó su casa

Juan Carlos Sanz

Vicente Martínez Castelló, ex jefe del ser vicio de Proyectos y Obras de la Consejería de Cooperación, admitió ayer en la Asamblea de Madrid que encargó la rehabilitación de su propia casa a Construcciones Atocha, SA, empresa a la que había recomendado en un expediente de contratación que él tramitó. Fuentes parlamentarias revelaron que durante su declaración -en sesión secreta- ante la comisión investigadora del caso Atocha, Martínez Castelló, de 48 años, rompió a llorar y perdió el habla durante unos momentos, precisamente cuando le preguntaron sobre su casa.

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A puerta cerrada, pero no a oscuras

Las fuentes consultadas señalaron que el funcionario no ha pagado el importe total de las obras en su casa, sin ofrecer más precisiones. Martínez Castelló explicó que ello se debía a que no quedó satisfecho con el trabajo.Martínez Castelló, ingeniero de caminos, canales y puertos, afirmó que estaba capacitado para dirigir por sí mismo la rehabilitación -presupuestada entre 12 y 15 millones de pesetas- contratando con los diferentes gremios. Sin embargo, decidió encargar la reforma a Construcciones Atocha, como ya publicó el diario El Mundo (que cifró el importe de la obra en 100 millones de pesetas). Según las fuentes parlamentarias consultadas ayer, el funcionario consideró que la empresa contaba con los suficientes recursos para "coordinar mejor los trabajos" de los diferentes gremios.

Tasación pericial

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Martínez Castelló desmintió que la rehabilitación del inmueble, una casita de dos plantas situada, en el distrito de Chamartín, hubiese costado un centenar de millones. Según su razonamiento, si la casa tiene una superficie de unos 150 metros cuadrados, y el coste medio de la rehabilitación, con buenas calidades, es de unas 100.000 pesetas por metro cuadrado, la factura no puede ser tan cara. Martínez Castelló invitó a los diputados de la comisión a visitar la casa y a que se efectúe una tasación pericial del estado y el valor de las obras acometidas.

El funcionario declaró que se había negado a pagar a algunos proveedeores de obras porque los trabajos *no se correspondían con lo presupuestado o estaban mal acabados. También señaló, a preguntas de los diputados, que había pedido a un funcionario de la Consejería de Cooperación que supervisase la obra para ayudarle económicamente "porque estaba atravesando algunos problemas familiares". Fuentes parlamentarias señalan que este funcionario es el técnico auxiliar de obras Julio Alegre Entrambasaguas, que también había sido citado a declarar ayer. Para Martínez Castelló, es ¡lógico encargar toda la dirección técnica de la obra a un auxiliar cuando él mismo es ingeniero y puede controlar la marcha de los trabajos.

Al comienzo de su comparecencia, Martínez Castelló se mostró seguro de sí mismo, con la apariencia de llevar la lección bien aprendida y de tener respuesta para cualquier pregunta", según fuentes de la Asamblea. Incluso se permitió dedicar una gran parte de su testimonio a informar a los diputados sobre las responsabilidades legales de los técnicos en la contratación y ejecución de obras públicas. Así, refirió que los arquitectos e ingenieros tienen unas competencias, mientras que los técnicos medios y los auxiliares se ocupan de otras. "Ha contestado a todas las preguntas con total libertad", señaló el presidente de la comisión, el diputado del PP Manuel Cobo.

Invitación

Martínez Castelló es el funcionario que recomendó en un documento oficial que se invitara a participar en una obra al menos a tres empresas: Atocha, Coidecosa y Gemesa, todas ellas ligadas entre sí y con gestores comunes. Ayer puntualizó que formuló esta invitación después de que hubiese quedado desierta la primera adjudicación de las obras.

Pero al final, Martínez Castelló se derrumbó cuando fue preguntado si había contratado con Construcciones Atocha la rehabilitación de su casa. "Se puso a llorar y se quedó sin habla; las taquígrafas se quedaron paralizadas ante esta reacción de desconcierto de un hombre hecho y derecho", relató un diputado de la Asamblea.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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