Ayuso reivindica Madrid como “la plaza mayor de todos” y el PP se vuelca en atacar a Sánchez durante el Dos de Mayo: “Es el señor bulo”
Ausente Feijóo y la plana mayor de la dirección nacional, los conservadores de Madrid usan el acto institucional para criticar al presidente del Gobierno
Mientras Isabel Díaz Ayuso se muerde la lengua, el PP de Madrid habla. Pasa este jueves durante la ceremonia organizada por el Gobierno regional para celebrar el Dos de Mayo, día de la Comunidad de Madrid. Un año después de que la cita quedara marcada por el choque institucional que supuso impedir al ministro Félix Bolaños el acceso a la tribuna de autoridades, los representantes de las dos administraciones optan por la contención. Ayuso hace un discurso sin referencias a Sánchez. “[Madrid es] la plaza mayor de todos”, dice ante un público entregado que no incluye al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ni a ningún peso pesado de la dirección nacional. El ministro Ángel Víctor Torres (PSOE), por su parte, propone “caminar juntos en la cogobernanza”. Pero la mecha del conflicto sigue encendida y no hay quien la apague: otros representantes de los partidos demuestran que el punto y aparte que pidió Pedro Sánchez tras sus cinco días de reflexión es simplemente un punto y seguido en Madrid. La guerra sigue.
El primero en disparar es Carlos Díaz-Pache, la mano derecha de Ayuso en el Parlamento regional. “Hoy tenemos ataques muy serios contra nuestras instituciones, contra la democracia, contra la concordia de 1978 y Madrid es y seguirá siendo ejemplo de resistencia”, dice en referencia a Sánchez, mientras van llegando los invitados, todos vestidos con sus mejores galas para el día grande de Madrid.
“Un presidente cada vez más aislado no va a conseguir robarnos el gran país que hemos construido entre todos”, añade, por si hubiera dudas sobre quién era el responsable de sus reflexiones. Y remata: “Pero también es un momento de recuerdo a la resistencia del pueblo de Madrid en 1808 y el mejor homenaje que se les puede hacer a esos héroes populares es el de mantener vivo el espíritu crítico, combativo, orgulloso, de no ceder ante las injusticias y las imposiciones”.
El siguiente en desenfundar es José Luis Martínez-Almeida, que vale para lo fino y para lo grueso. Igual tira de ironía para minusvalorar las encuestas del CIS (”según el señor Tezanos, yo también mido 1,80”), que de ironía para recordar que ya no es quien era en el PP, pues un día fue el número tres del partido (en la época de Pablo Casado) y ahora es solo el alcalde de la capital de España (“gato escaldado huye del agua fría”). Con esos galones, que no son pocos, habla de Sánchez.
“El punto y aparte [propuesto por el presidente del Gobierno tras su reflexión de cinco días] consiste en la persecución de todo aquel que no comparte el rumbo de una España, la de Pedro Sánchez, que única y exclusivamente obedece al culto a la personalidad, al populismo y a la persecución y al hostigamiento de todos aquellos, especialmente jueces y medios de comunicación, que no siguen al dictado la doctrina del sanchismo que mana desde el Palacio de la Moncloa”, afirma Almeida.
“Desde Madrid, ni nos resignamos, ni nos rendimos, ni pedimos perdón, ni nos callamos”, continúa. “Frente al señor bulo, que es Pedro Sánchez (…), le vamos a decir a los madrileños que con nosotros no cuente para su proyecto de división, de odio, de confrontación, de crispación, de fango y de barro. Que no cuente ni con Madrid ni con los madrileños”.
Por un momento parece que la confrontación es unidireccional, del PP contra el PSOE, empeñados como están el ministro Ángel Víctor Torres y el secretario general de los socialistas de Madrid, Juan Lobato, en tender la mano, ofrecer colaboración, y pedir que los políticos se centren en los problemas de los ciudadanos. A saber: vivienda, sanidad, educación...
El titular de Política Territorial y Memoria Democrática apenas se aventura a pedirle a Núñez Feijóo que reflexione sobre el contenido de una entrevista publicada en Abc ―“ha hablado básicamente de la mujer del presidente del Gobierno. Hace falta esa reflexión”, pide― y Lobato únicamente desliza que, el Dos de Mayo, “deberían ser los protagonistas mucho más los premiados que los políticos diciendo según que cosas”.
Pero claro, la cosa no termina ahí. Primero, porque Ayuso protagoniza una mañana con más gestos que palabras, que la descubre presidiendo un desfile en la calle, como es tradición, y escuchando ante el gentío el himno de España en solitario y sobre una tarima, en actitud presidencial, casi propia de un Rey, para luego pasar revista a un grupo de uniformados (guardias civiles, policías...).
Segundo, porque antes la periodista Pilar Cernuda, premiada como parte del Grupo Crónica, arranca los aplausos del público (no del ministro Torres) al describir la campaña abierta por Sánchez contra los bulos como una carta blanca a que “los periodistas y jueces seamos demonizados y poco menos que responsables de que desaparezca la democracia en España”. Y tercero, porque los partidos no están dispuestos a una tregua con las elecciones catalanas y las europeas en el horizonte.
Así, la ausencia de Núñez Feijóo, el primer líder del PP que no está presente en la ceremonia desde 2017, es explotada rápidamente por los socialistas como un síntoma del supuesto aislamiento interno y de la supuesta debilidad de Ayuso.
Críticas del PSOE a Ayuso por la ausencia de Feijóo
“Los grandes nombres del Partido Popular, de la dirección nacional, los que te hacen lucir la foto de poder interno, han dejado sola a Isabel Díaz Ayuso en uno de sus días grandes por excelencia”, transmiten los socialistas. “¿Qué tendrá Ayuso?”, se preguntan.
“Pues tiene una pareja delincuente confeso por delito fiscal, un jefe de gabinete [Miguel Ángel Rodríguez] que amenaza con triturar a periodistas y cerrar medios de comunicación, además de montar campañas de bulos con medios y páginas web afines; y un número dos en el PP de Madrid [Alfonso Serrano] que amenaza a la oposición como si estuviese en el Chicago de los años veinte del siglo pasado”, siguen. Y concluyen: “Ayuso cada día está más sola”.
La ausencia de Núñez Feijóo, sin agenda pública este jueves, acompaña a la presidenta regional como un fantasma, aunque una fuente de su confianza la excusa sin darle más importancia y con el argumento de que el líder se toma un descanso antes de las campañas para las elecciones catalanas y europeas. Que a la Real Casa de Correos no acudan tampoco otros pesos pesados del partido, como la secretaria general, Cuca Gamarra, o el portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, sorprende hasta en las filas populares. Con la presencia del presidente del Senado, Pedro Rollán, como mejor explicación de esas ausencias, los partidos siguen explotando sus debilidades y fortalezas en un choque continuo. Tiene que ser uno de los premiados quien pida que eso pare.
“Se puede hacer periodismo en libertad, se puede informar, se puede convivir y cohabitar”, dice ante todas las autoridades el periodista Constantino Mediavilla, que recibe la gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo. “Compartir con ustedes [este momento] es amor en estado puro”, sigue en referencia al resto de premiados; “se dejan la piel cada día en lo suyo, y hacen algo muy importante, respetar y pensar que aquí cabemos todos”. Y se despide: “Excluirnos es la mayor imbecilidad del mundo. Todos juntos, juntos, podemos”.
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