Ayuso marca perfil propio en el PP de Feijóo ante la crisis abierta por Sánchez

Lady Madrid espera, pero Isabel Díaz Ayuso no. Es lunes, y la presidenta regional valora la continuidad de Pedro Sánchez al frente del Gobierno con la tuneladora bautizada como la canción de Pereza como telón de fondo y sin aguardar a que el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, fije la posición del PP. A ese punto se llega tras una conversación para coordinarse que protagonizan los equipos de los dos políticos, y que transcurre en los mejores términos, según dos fuentes consultadas. Pero hay un elemento de contraste que como poco refleja el peso interno de la baronesa en el PP: en la misma situación, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, decide anular las declaraciones que había convocado para cederle todos los focos a Feijóo, el presidente del partido. Ayuso, no. El lunes, y de nuevo el martes, cuando amanece con una entrevista en la cadena Cope, la presidenta regional marca perfil propio en una polémica que ha servido para dejar en un segundo plano, al menos por el momento, a la que afecta al caso de fraude fiscal por el que la Fiscalía ha denunciado a su pareja.

“Hubo comunicación y coordinación con Génova, sin problema”, cuenta una fuente del núcleo duro de Díaz Ayuso para explicar que la presidenta empezara su intervención del lunes (repleta de críticas a Sánchez) con una mención a que Núñez Feijóo intervendría posteriormente. “Supimos antes de que comenzásemos nuestro acto que [en la sede nacional] habían convocado a las 13.30, y ella quiso destacarlo”, añade.

“La coordinación es absoluta”, coincide un interlocutor que cuenta con la confianza de Feijóo. Y recalca: “Siempre”.

No hay, por tanto, discrepancia en la línea argumental, ni en los tiempos de respuesta. Lo que retrata la secuencia es el intento de explotar al máximo la debilidad del rival.

Porque el miércoles, cuando Sánchez anuncia que se toma cinco días para decidir su futuro, Díaz Ayuso se encuentra con una oportunidad inesperada. Tras más de un mes de desgaste político y reputacional provocado por la denuncia por la presunta comisión de dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad en documento mercantil por parte de su pareja, el comisionista Alberto González Amador, está naciendo una polémica más fuerte, más importante, más impactante, que lo tapa todo. Y la baronesa actúa en consecuencia con un tema que tiene al país conteniendo la respiración y haciendo cábalas durante casi una semana. Por eso protagoniza cinco intervenciones públicas en seis días con Sánchez como diana.

El jueves, durante un desayuno informativo en Valladolid, tilda de “infame” la carta con la que el presidente anuncia su retiro momentáneo de la vida pública, y denuncia que a su juicio lo que busca Sánchez es “la impunidad”.

El sábado, durante la primera reunión intermunicipal del PP, organizada para exhibir su poder orgánico, y coincidente con la manifestación de Ferraz para pedir que siga Sánchez, lanza un mensaje aún más duro. “Menos manifestaciones y más explicaciones”, reclama en referencia a las diligencias judiciales emprendidas tras una denuncia por tráfico de influencias de Manos Limpias contra la esposa de Sánchez. “Lo que estamos viendo ahora mismo es la utilización populista de una calle mientras están reunidos de urgencia en Moncloa con una crisis, para ver cómo mover papeles, cómo amenazar contrapesos, cómo poner en la diana a gente incómoda para no dar ni una sola explicación y salir del atolladero en el que ellos mismos se han metido”.

El lunes, cuando aun Feijóo escribe su discurso y se prepara para contestar a la continuidad de Sánchez, la presidenta de Madrid sube aún más el tono: “Lo único que pretende [Sánchez] es el poder sin control, sin contrapesos”, afirma.

Y el martes, cuando aun España se despereza, y faltan horas para que Feijóo retome el tema en una reunión con los diputados y senadores del PP, Ayuso habla primero: “Hay que ir preparándose porque el escenario es inédito y por eso lo que tenemos que hacer nosotros es no ceder un pelo y no tener ni un poco de miedo”, dice Díaz Ayuso en la Cope, para luego retomar el tema durante su intervención en la sesión de control a su Gobierno de la Asamblea de Madrid.

Por su parte, Martínez-Almeida, el otro referente del PP en Madrid, deja pasar el lunes sin abrir la boca, y tras anular unas declaraciones para valorar la decisión de Sánchez con el objetivo de que Feijóo acapare todos los focos. El contraste de su decisión con la de Díaz Ayuso no solo refleja los delicados equilibrios internos que decantan los pasos que dan los políticos en su día a día. También fotografía de nuevo que Díaz Ayuso y Martínez-Almeida, dos compañeros de filas que llegaron al mismo tiempo a la primera línea política (2019), y que empezaron su carrera como portavoces con el alcalde por delante (fue nombrado número tres del partido por Pablo Casado), juegan ya desde hace tiempo en ligas diferentes.

La de Díaz Ayuso es la de los pesos pesados. Y por eso ha vuelto a marcar perfil propio tras la polémica que ha afectado a su pareja. Un respiro que parece momentáneo: González Amador está citado a declarar el próximo 20 de mayo.

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