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Gutiérrez acepta debatir la reforma del mercado de trabajo, frente a las reticencias de Redondo

El dirigente de CC OO, Antonio Gutiérrez, ha sido el primero en aceptar el reto lanzado este martes por el ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, de abordar una reforma global y en profundidad de¡ mercado la boral. Mientras, las direcciones de UGT y de la patronal CEOE se muestran reticentes, aunque no rechazan frontalmente esa posibilidad. Gutiérrez quiere que el Gobierno previamente aclare las contradicciones entre las ofertas de los ministros de Economía y Trabajo y poder así elegir un marco de debate apropiado. Él sugiere como foro el Consejo Económico y Social, (CES), posibilidad apuntada también ayer por el presidente del Gobierno, Felipe González, que defiende una reforma con consenso.

Antonio Gutiérrez propuso que la reforma se haga "en tiempos políticos mejores que los actuales", es decir, después de las elecciones generales, y dejó claro que su sindicato no va a rehuir ese debate, entre otras razones porque cree tener argumentos suficientes para demostrar qué reforma necesita el mercado laboral español. La propuesta formulada por Martínez Noval le parece un avance y muy diferente a la flexibilización del despido colectivo propugnada desde hace meses por el ministro de Economía, Carlos Solchaga.Por eso el líder de CC OO pide al Gobierno que "no haya declaraciones contradictorias". Gutiérrez aseguró que su sindicato "no está en contra de la flexibilidad", pero siempre que se aplique con "un cuidadoso equilibrio para todos los agentes económicos y sociales" y teniendo en cuenta que el mercado laboral "no es el único problema a abordar". El dirigente de Comisiones apuntó otros desequilibrios de la economía española a los que hay que buscar soluciones, y entre ellos, la ausencia de política industrial y las deficiencias de nuestro aparato productivo.

Precisamente la política industrial es uno de los asuntos que Gutiérrez quiere empezar a. negociar en tanto se despejan, las incógnitas sobre un posible: debate en torno al mercado de trabajo. Ayer, en su intervención en el seminario organizado por la revista The Economist, Gutiérrez enumeró las mesas que se deben convocar de inmediato y en las que cree posible un acuerdo: reforma de las oficinas de empleo, sustitución de las ordenanzas laborales, política industrial, modalidades de contratación temporal, reparto del empleo y ley de salud laboral -bloqueada, pese al pacto alcanzado hace exactamente un año-.

El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, ha mostrado mayores reticencias a la oferta del Gobierno y ayer declaraba en Palma de Mallorca que si la reforma se limita a flexibilizar los despidos colectivos su sindicato no la va a aceptar y responderá "contundentemente".

La patronal CEOE reafimó su escepticismo y en un comunicado hecho público dijo que las declaraciones de los ministros de Economía y Trabajo "dan toda la impresión de quedarse solamente en meras explicaciones de cara a los organismos internacionales". La confederación empresarial pide al Ejecutivo que concrete cuanto antes la reforma en documentos y medidas legales.

En los partidos políticos las reacciones han sido muy diferentes. El coordinador general de Izquierda Unida (IU), Julio Anguita, afirmó que el Gobierno ya ha decidido unilateralmente la flexibilización del mercado de trabajo. A renglón seguido acusó a Felipe González de "haber prometido a la agencia norteamericana de rating Moody's introducir el despido libre en España para lograr que ésta no rebajase su calificación de la deuda española". La oferta de consenso ofrecida por el Gobierno mereció tan sólo un comentario por parte de Anguita: "Aire".

Apoyo de Pujol y del PSOE

En cambio, Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña, expresó su apoyo a las reformas anunciadas por el Ejecutivo. En declaraciones realizadas ayer por la mañana en Barcelona, Pujol afirmó que está satisfecho de que el Gobierno central adopte esas medidas, y añadió que "algunos despidos, no todos, resultan excesivamente gravosos para las empresas", según informa Efe. Por la tarde, y en una intervención en el seminario de The Economist, el presidente de la Generalitat dijo que en caso de que no se logre un consenso "el Gobierno debe gobernar".Dos dirigentes del partido socialista también han mostrado su respaldo a una reforma global del mercado laboral y así se pronunciaron ayer el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y el portavoz del grupo parlamentario, Eduardo Martín Toval. El ministro de Exteriores, Javier Solana, calificó como imprescindible que sindicatos y empresarios alcancen grandes acuerdos y cambien su filosofía de los últimos años.

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