Campos de concentración
Clinton hereda muchos problemas, pero ninguno tan brutal como el de los 70.000 prisioneros bosnios. ( ... ) Los serbios prometieron hace cinco meses cerrar los campos de concentración y liberar a los detenidos. No lo han hecho. Unos prisioneros han sido asesinados; otros sufren los rigores del invierno, la escasez de comida y la tortura.Sólo recientemente la Administración de Bush dio la lista completa de las localidades en las que se sabe o se sospecha que hay campos a las organizaciones internacionales responsables de cerrarlos y de asegurar la liberación de los detenidos. Esta información costó vidas humanas. Clinton puede hacerlo mejor. Puede dar toda la información que tiene sobre los campos a la Cruz Roja y la ONU. Puede presionar con un ultimátum a través de la ONU e insistir en el inmediato acceso a todos los campos de la Cruz Roja y el Alto Comisariado para Refugiados.
La ONU podría reforzar esta exigencia con la amenaza de utilizar la fuerza para abrir los campos y liberar a los prisioneros. Y constituir, un tribunal de crímenes de guerra con capacidad para investigar y condenar a aquellos que hayan cometido atrocidades. Su secretario general, Butros Gali, parece temer que este esfuerzo debilite el papel de la ONU y de las conversaciones de Ginebra. Pero lo contrarío es lo correcto: el fracaso en el cierre de los campos es una burla de ambos, de la ONU y de las negociaciones. ( ... )
26 de enero